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Jorge Valín

La sociedad de diseño no funciona

Si el gobierno incentiva la educación universitaria, eso significa que pelotones de jóvenes masificarán las universidades y posteriormente el mercado de ingenieros, economistas, etc., quedará saturado por el fuerte desequilibrio entre oferta y demanda.

Las políticas socialistas en lo referente a la continuidad y prosperidad de la economía se basan, en parte, a la creación de una generación de diseño, esto es, planificada desde un despacho gubernamental para un futuro laboral mejor. El presidente John F. Kennedy fue uno de los primeros en crear esta súper generación aumentando el gasto en educación pública. El objetivo era reducir el paro creando ingenieros, economistas, abogados... En resumen, gente altamente cualificada. Evidentemente, esta medida no es inmediata, ha de pasar alguna generación para que se deje notar. Los resultados reales no se correspondieron con los planificados inicialmente: el desempleo en Estados Unidos casi ha doblado desde entonces, y en parte, la culpa recae sobre esta planificación educacional.

Hasta hace poco, y aún hay quien lo sigue diciendo, "si no eres universitario no tienes futuro". Varias generaciones después estamos comprobando lo que ha sucedido, y es que "si eres universitario, no tienes futuro". Ingenieros, economistas o abogados ejercen profesiones no cualificadas porque el mercado está saturado de gente "cualificada", hasta tal punto que la tendencia en la búsqueda de nuevos empleados por parte de las empresas ya no son los conocimientos académicos del potencial trabajador, sino su capacidad productiva y ganas de trabajar. ¡Quién lo iba a decir hace diez años! Además, mientras que antes el fontanero, el yesero o el cerrajero eran trabajadores de segunda clase ahora se han convertido en profesiones muy bien remuneradas. Si necesita hacer obras en su casa comprenderá bien lo que digo.

Nuestro gobierno, visto el rotundo fracaso de los planificadores sociales anteriores, y como siempre sin aprender de sus errores, ha dado la vuelta a la tortilla haciendo desde el año pasado campañas y promociones de la Formación Profesional (FP). Ahora ser universitario es malo. Así, la ex ministra socialista María Jesús San Segundo dijo que estimaba "necesario reforzar, cada vez más, el compromiso gubernamental con la FP". Han cambiado de ministra pero no de mentalidad, el estado decide sobre las modas laborales y futuro de las personas jóvenes.

¿Cree que dará buen resultado? Si la intención redentora sobre la educación de nuestros políticos funciona, el futuro laboral de los jóvenes que estudien FP será el mismo que el de los universitarios de la generación anterior: fracaso, inestabilidad laboral y alto desempleo entre la juventud.

Mi consejo, si usted es un joven estudiante o padre de familia preocupado por el futuro de su hijo, es que aplique la teoría bursátil llamada "Teoría de la Opinión Contraria", que los anglosajones llaman Odd Lot Theory. La filosofía de la teoría es que siempre se ha de hacer todo lo contrario a lo que diga el pequeño inversor. Si éste dice vender Telefónica, usted compre a dos manos, y si el pequeño inversor dice comprar, usted despréndase de todas las acciones lo antes posible.

Si lo aplicamos a la educación, habría que concluir que si el gobierno incentiva la educación universitaria, eso significa que pelotones de jóvenes masificarán las universidades y posteriormente el mercado de ingenieros, economistas, etc., quedará saturado por el fuerte desequilibrio entre oferta y demanda; por lo tanto su hijo, o usted mismo si es joven estudiante, tendrá que hacer FP. Y si el gobierno incentiva la FP, el mejor camino es hacerse universitario. Ya que los políticos son incapaces de aprender de sus errores hágalo usted, y piense por si mismo en lugar de dejarse llevar por la batuta socialista.

Y si todo esto falla, siempre le queda la mejor de las opciones que es hacerse empresario y satisfacer directamente a su consumidor con sus servicios y productos.

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