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Juan Carlos Girauta

Nuevos éxitos internacionales

Por eso, por el horror vacui, esbozaron a toda prisa en una servilleta los más altos funcionarios de Exteriores el microrrelato naíf conocido como propuesta de paz paro Oriente Medio.

Una vez le hubieron servido a Obiang los deditos fritos en la más vergonzante cena de gala que han conocido los salones, y antes de que el oscuro gourmet diera cuenta del brazo de gitano, corrió Rodríguez, extraño anfitrión –que no quiso serlo, pero sí, pero no– a la bella Gerona, a hacer un rato el ridículo junto a Chirac. Al francés no le hizo, como a Obiang, la pirula de la foto, la de apartarse en el momento en que se abre el diafragma para que salga Rajoy a solas con el invitado.

Chirac, la nariz ligeramente empinada, había descartado por improcedente, de un modo imperial, la presencia de esos engreídos funcionarios de medio pelo que –cosas de los españoles– se empeñan en llamarse presidente de aquí, presidente de allá, presidente de acullá, evitando además a toda costa el nombre de España, que es el único que les podría conferir algo de empaque: Monsieur le Président, moi, je suis un haut fonctionnairede l’Espagne. Pues nada.

El caso es que el entero festejo gerundense era una filfa. Una cumbre trampa. Se buscaba la photo opportunity con Rodríguez, la declaración opportunity del francés, piezas de legitimación, avales, lentejuelas para el indígena paleto: ved, gañanes, que Francia también está por el proceso de paz.

Sarkozy, que se olió la tostada, prefirió no acudir: si no es por no ir, Rodríguez, pero mira, casi que no. Advertido asimismo Chirac, la cumbre trampa pudo haber concluido en un sonoro vacío, en un silencio, en un horror, en un vértigo transfronterizo. Por eso, por el horror vacui, esbozaron a toda prisa en una servilleta los más altos funcionarios de Exteriores el microrrelato naíf conocido como propuesta de paz para Oriente Medio.

El origen servilletero, de licor y francachela, lo ha denunciado Israel al apresurarse a calificar la parida diplomática española como propuesta "de cafetería". Se te ha visto el plumero, Zapatero.

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