Parece que el PP del País Vasco ha concluido por unanimidad que de los resultados de hace poco más de una semana son responsables, especialmente, todos aquellos que no iban en las listas: Mayor Oreja, Iturgaiz, Santiago Abascal, Nerea Alzola o Regina Otaola. Le han echado la culpa incluso a Isabel San Sebastián. Para ello han utilizado todos los medios a su alcance, entre ellos Twitter, y al pelota de turno, que está para eso. De todas formas, ahora que Bolinaga se va de pinchos, se han dejado en el reparto a la principal figura de todo este desastre: Jorge Fernández Díaz.
Como les supongo ilustrados en los aspectos técnico-jurídicos de la decisión del señor ministro y del ridículo espantoso que hizo cuando dijo lo de la prevaricación, lo que sí me gustaría es que todos aquellos que ahora señalan a cualquiera que suene o que se pueda relacionar con Mayor Oreja o Santiago Abascal recuerden quién apoyó –y cómo– al ministro en su periplo veraniego.
En un edificante editorial de uno de los medios del Conde de Godó se dijo que las quejas de las víctimas eran el rugido de la marabunta. "Ruge la marabunta", editorializaron los empleados del Grande de España. Posteriormente, en un ejemplo de moderación dijeron, en defensa de Jorge Fernández que Mayor Oreja era un "fanático intolerante". Y así hasta que se pierde la cuenta de los editoriales y artículos elogiosos con el ministro por conducirse en la más estricta de las legalidades en contra de los duros del PP, de la caverna, o, como han acuñado ahora los farsantes estos que prometen que Cataluña será Our Shangri-la, de los "francotiradores de la derecha". ¡Qué ingenio más ingenioso!
Yo entiendo que en España ningún político aguanta su vela. Pero incluso a los más fieles les habría de parecer, digamos, rarito que mientras las víctimas se sentían ofendidas por lo que hacía el señor ministro, el principal apoyo de Jorge Fernández fuera el periodismo nacionalista catalán. Ese periodismo al que este fin de semana la derecha recién caída del guindo le dedicaba un desplegable. Y reconociendo que gran parte de la culpa de lo que pasó en las elecciones vascas es de Mayor Oreja, por triplicar en votos a los actuales dirigentes, digo yo que algo habrán influido la infinita torpeza de Fernández y, en menor medida, puede que sus extraños apoyos.
Sea como fuere, la marabunta parece que se ha constituido en sujeto de derecho, ha adquirido personalidad jurídica propia y ha dicho a Fernández y a sus colegas que les vote el Conde o su señora tía la de Cuenca. Y que para la próxima vez, si les van a humillar, que al menos se ahorren el insulto.