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Maite Nolla

El frutito del consenso

El cambio de estrategia es inútil si no se acompaña de una eficaz campaña de publicidad o de propaganda, y la realidad demuestra que su intención de cambio es doblemente inútil, tal y como está el panorama de los medios de comunicación en España.

Este fin de semana el Abad de Montserrat, encantado con el bicing nudista, elevó una oración por los veinticinco años de la tevetrés. Al fin y al cabo un Adán y una Eva montados en bicicleta no empañan la labor de defensa nacional de nuestro pueblo que cumple la tele pública catalana; pues eso, oremos.

No me había recuperado de la plegaria cuando socialistas y populares han presentado su lista consensuada para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Para ser breve, me adhiero a lo que sobre el tema han comentado don Javier Gómez de Liaño, el señor Requero, el editorial de Libertad Digital sobre la cuestión e, incluso, lo que ha publicado El País.

Yo lo que me pregunto es qué gana el PP con el rollo del consenso. Lo que está claro es que el cambio de estrategia es inútil si no se acompaña de una eficaz campaña de publicidad o de propaganda, y la realidad demuestra que su intención de cambio es doblemente inútil, tal y como está el panorama de los medios de comunicación en España.

De ridículo espantoso puede calificarse lo que ha pasado con UPN; en lugar de hacer al señor Sanz “una oferta que no pudiera rechazar”, ahí se presenta la cúpula en pleno para que el presidente de la comunidad foral se los tome a chufla. Y los medios, que en teoría nos van a tratar bien a partir de ahora, pasan una y otra vez lo de “Por favor, Carmen”. Vaya.

Pero es que con el nuevo CGPJ, el más politizado de la historia, con Margarita Robles, los del PP, el abogado de Garzón y del PSOE y los dos nacionalistas de turno; el informativo de las tres de Telecinco, el de Hilario Pino, Pino, únicamente sacó una rueda de prensa del consejero valenciano del PP defendiéndose de las acusaciones de politización del Consejo, sin referencia alguna a los demás, tan políticos como éste. Es decir, el que aparece como culpable de la politización es el PP; y del consenso nada, que ya tocaba renovar y no se renovaba por culpa vuestra. Bonito fruto del consenso, más bien frutito.

En España

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