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Maite Nolla

Queremos ser normales

Creo que en CiU agotarán todas las opciones, incluso las de emergencia y las que no se deben utilizar ni en caso de emergencia, antes de hacer consellera a la señora Camacho.

Según las últimas encuestas, el PP de Cataluña ni sube ni baja. Ni nevadas, ni crisis, ni apagones, ni que el mismo tripartit asuma su posible derrota prescindiendo del eficacísimo Zaragoza; no les afecta nada. Ni siquiera que las encuestas publicadas ya no den representación a Ciudadanos y que no pregunten por Rosa Díez. Nada. Se quedarían con los mismos escaños que ahora y el mismo porcentaje. Lo cual, teniendo en cuenta que la propaganda dice que "Rajoy se está volcando con Cataluña", no deja de ser preocupante. Pero el PP de Cataluña justifica su calma chicha demoscópica alegando que la subida buena, pero buena, vendrá en las generales. 

A mí una justificación que se me ocurre para tan pobre botín, es que una cosa es jugar a poli bueno, poli malo y otra decir los días pares que no se va a pactar con CiU porque son muy radicales y porque le ponen flores a Guifré el Pilós –además de verdad– y los impares que esos pactos devolverán al PP a la normalidad en Cataluña. Desde luego, como estrategia electoral reconocer públicamente que tu partido vive en la anormalidad política es un gran reclamo; el Arriola de la calle Urgell que haya vendido esa moto no duraba ni dos minutos en la Sterling Cooper de Mad Men. Para el PP de Cataluña la normalidad le llegará cuando haga presidente a Artur Mas o a alguien de este PSC. Les recomiendo que en lugar de utilizar eslóganes como "Por el cambio" o "Alicia2010", que son los que usan ahora, utilicen algo así como "Queremos ser normales, por favor". Así que la presidenta de un partido que se sitúa fuera de lo normal, quiere ser consellera de un Gobierno que presida algún nacionalista, da igual quién, aunque lo hará, según ella, por el bien de los catalanes, ya que nunca se ha guiado por sus ambiciones personales. 

Lo único, que sería bueno que de cara a las elecciones se centre un poco. No sé, por ejemplo, su defensa cerrada de los medios que están "a la derecha de la derecha", después de los envites de El País, chirría un poco con ir a tevetrés a decir que es tu televisión favorita, vista la última actualización de su libro de estilo nacionalista. O decir que el estatuto ya no es una preocupación para los catalanes es contrario a haber presentado un recurso para que se anule su contenido esencial.

Lo peor de todo es que esta campaña larguísima y desastrosa resultará inútil, como dijo Luis Herrero el otro día, si CiU saca mayoría absoluta o si lo que puede hacer CIU con el PP, lo hace con los socialistas o con ERC si el tripartit no suma. Creo que en CiU agotarán todas las opciones, incluso las de emergencia y las que no se deben utilizar ni en caso de emergencia, antes de hacer consellera a la señora Camacho.

Si hasta algunos partidos se consideran anormales políticamente, es lógico que los políticos estén a la par con los okupas en las preocupaciones de los españoles.

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