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Pío Moa

Parece que los milagros existen

¿Acaso este tipo de montajes y caricaturas contra la derecha y los propios obispos no se han convertido desde hace muchos años en un verdadero género de la producción "artística" de las izquierdas?

El gobierno y el grupo de Polanco están montando una curiosa trifulca contra los obispos a cuenta de una página de Internet, de un llamado Grupo Risa, donde se representa a las ministras del Vogue en poses pornográficas. Lo más notable no es la trifulca, sino el lenguaje utilizado por el gobierno en su protesta, a través de Mercedes Rico, la directora de asuntos religiosos. Tras calificar el montaje de "obsceno y vejatorio", cree "sinceramente poder afirmar" que el reportaje "ofende igualmente a cualquier ciudadano honesto, por no hablar de la buena conciencia moral y cívica de los millones de católicos de este país". Increíble. Lo dice un gobierno que nunca ha tenido el más mínimo reparo en ofender la conciencia de los católicos, desde el llamado matrimonio de homosexuales al apoyo a la propaganda del suicidio y la eutanasia o las incitaciones a los ciudadanos para que no apoyen económicamente a la Iglesia, las presiones y amenazas contra la enseñanza religiosa, etc. La súbita preocupación de estos buenos gobernantes por la conciencia de los católicos puede producir en toda España una emoción inenarrable, quizá incontenible y hasta disturbios públicos.
 
Más prodigiosa, si cabe, resulta la igualmente súbita conversión del gobierno a valores antañones como el pudor, la honestidad, el recato o las buenas costumbres. Los socialistas veían en esas actitudes simples antiguallas y rémoras para su proyecto social. La pornografía y la telebasura fueron introducidas masivamente en los hogares cuando Alfonso Guerra y Calviño dictaban las normas de la televisión en España. PRISA fue asimismo pionera entusiasta en la explotación de la pornografía. Ésta, antes mirada como algo vergonzoso y negativo, pasó a convertirse en virtud progresista y en vicio cualquier resistencia a ella: mojigato, ñoño, pudibundo… o peor aún, "reaccionario", "facha" era quien no se conformara. Junto a otros elementos como el despilfarro del dinero público o la supresión de la independencia judicial, la pornografía iba a dejar a España "que no la reconocería ni la madre que la parió".
 
¡Y ahora viene el gobierno hablando como la Conferencia Episcopal! Para que luego digan que no existen los milagros. Porque desde su propio punto de vista tendría que ser un honor el que las señoras del gobierno sean presentadas como esas bellas y honestas damas que se ganan el dinero decentemente procurando a los caballeros momentos de liberadora excitación sexual, mientras reducen a escombros los prejuicios retrógrados cultivados por la Iglesia. ¿O es que van a compartir ahora el reaccionario criterio de que tales damas son gentes moralmente despreciables, y hasta desechos de la sociedad? ¿Van a caer ahora en esa "hipocresía"? ¡Qué decepción para los buenos socialistas de a pie, tan iluminados por sus jefes e intelectuales con sus enseñanzas sobre el sexo! ¿Se percata el gobierno de que tal decepción puede traducirse en la pérdida de millones de votos? ¿Qué confianza podrán tener en un gabinete supuestamente laico y progresista que de pronto se pone a quejarse y perorar como una caterva de obispos?
 
Pero si lo anterior resulta indudablemente satisfactorio, prácticamente milagroso para innumerables ciudadanos católicos, sólo puede causar preocupación –a católicos y no católicos– el final de la misiva de la representante del gobierno al representante de los obispos: "Deseo transmitirle en nombre del Gobierno español la más enérgica y formal protesta por unos hechos deplorables que nada tienen que ver con la libertad de información, en los que la Conferencia Episcopal se ve desgraciadamente involucrada.
Le ruego que dispongan los medios oportunos para que cese este bochorno,
atentatorio de los valores constitucionales que sin duda compartimos, que no
puede producirse con el amparo implícito de los obispos españoles".
 
Para empezar está claro que la página de Risa tiene mucho, muchísimo que ver con la libertad de expresión. ¿Acaso este tipo de montajes y caricaturas contra la derecha y los propios obispos no se han convertido desde hace muchos años en un verdadero género de la producción "artística" de las izquierdas? Con la diferencia de que sus víctimas, que no defienden el tipo de "liberación" tan caro a la gente del gobierno, sí podrían calificarlas, con razón y sin hipocresía, de ofensivas, obscenas y vejatorias.
 
Más y obsceno aún, un verdadero e inadmisible chantaje antidemocrático, es la sucia pretensión de Rodríguez y los suyos de obligar a los obispos a actuar contra la libertad de expresión de unos señores que, colaboren o no con la COPE, tienen plena libertad constitucional, fuera de ella, para expresarse como les dé la gana. Si el gobierno cree ver un delito en la actuación de esos señores puede llevarlos a los tribunales. Lo que no tiene nada que ver con "valores constitucionales", sino con métodos policíacos propios de dictaduras es tratar de convertir a los obispos en policías subsidiarios de quienes, nuevamente, están dejando a España "que no la conoce ni la madre que la parió".

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