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Walter Williams

Las mentiras de Washington

El Comité de Asignaciones de la Cámara, junto al entonces presidente Johnson, estimó que el Medicare costaría unos 12.000 millones de dólares ajustados por la inflación hacia 1990. Ese año, el Medicare superaba la cota de los 107.000 millones de dólares.

El presidente y sus partidarios en el Congreso estiman que su plan sanitario va a costar entre 50.000 y 65.000 millones de dólares al año. Tales estimaciones del gasto son puras falacias, ya procedan de un presidente y de un Congreso demócratas o de un presidente y un Congreso republicanos. Puede que crea que no confío demasiado en el presidente y en el Congreso, pero sólo hay que repasar sus anteriores mentiras.

En sus comienzos, en 1966, el Medicare iba a costar 3.000 millones de dólares. El Comité de Asignaciones de la Cámara, junto al entonces presidente Johnson, estimó que el Medicare costaría unos 12.000 millones de dólares ajustados por la inflación hacia 1990. En 1990, el Medicare superaba la cota de los 107.000 millones de dólares. Esa cifra es siete veces la estimación del Congreso. Y hoy, la factura del Medicare alcanza los 420.000 millones de dólares sin visos de que vaya a estabilizarse. ¿Cuánta confianza podemos tener en cualquier estimación del gasto que venga de la Casa Blanca o del Congreso?

Otra parte de la mentira de Medicare reside en la Sección 1801 de la Legislación Medicare de 1965 que reza:

Nada de lo contenido en este apartado constituirá autorización a que ningún funcionario o empleado federal pueda ejercer supervisión o control alguno sobre el ejercicio de la medicina o la forma en que se prestan los servicios médicos, o la selección, la plaza o la compensación de ningún funcionario, o empleado, o cualquier institución, agencia o persona que preste servicios médicos.

Pregunte a su médico u hospital si esto es cierto o no.

Las mentiras y los engaños no se restringen en absoluto a la era moderna. Durante el debate legislativo previo a la ratificación de la Decimosexta Enmienda, el presidente Howard Taft y sus partidarios en el Congreso decían que sólo los ricos iban a pagar el impuesto federal sobre la renta. En 1916, solamente el 0,5% de los rentistas pagaba ese gravamen. Aquellos que ganaban 250.000 dólares al año (en dólares corrientes) tributaban al 1%, y aquellos que ganaban 6 millones de dólares (ajustados a la inflación actual) al 7%. La mentira reside en aquello de que sólo los ricos iban a pagar impuestos sobre la renta: una mentira encaminada a explotar la política de la envidia y engañar a los estadounidenses para ratificar la Decimosexta Enmienda.

Las subidas fiscales que proponen la Casa Blanca y el Congreso probablemente serán aprobadas. Según la Fundación Fiscal radicada en Washington, durante el año 2006 alrededor de 43,4 millones de declaraciones, presentadas por 91 millones de particulares, estaban exentas de pagar impuestos federales. Eso de un total de 136 millones de declaraciones que tenían derecho a devolución. A esta cifra se añaden 15 millones de hogares y particulares que ni siquiera tienen que presentar declaración. Alrededor de 121 millones de estadounidenses –en torno al 41% de la población de los Estados Unidos– está completamente al margen del sistema fiscal federal. Estas personas representan el electorado natural de los políticos aficionados al gasto. Puesto que no tienen que pagar ningún impuesto sobre la renta, ¿qué más les da que los impuestos suban o bajen?

Otra gran mentira del Congreso es la seguridad social. Esto es lo que decía un panfleto del gobierno del año 1936 acerca de la seguridad social: "Tras los tres primeros años [es decir, principios de 1940] usted va a pagar, y su jefe va a pagar, 1,5 céntimos por cada dólar que ingrese hasta 3.000 dólares al año (...) a partir de 1943, a usted le van a retener 2 céntimos –y lo mismo a su jefe– por cada dólar ganado durante los tres próximos años (...) y finalmente, de 1949 en adelante, dentro de 12 años, usted y su jefe pagarán 3 céntimos por cada dólar que ingresen, hasta 3.000 dólares anuales". Esta es la promesa hipócrita del Congreso: "Nunca pagará más que eso". Repitamos esa oración: "Nunca pagará más que eso". Compare esto con la realidad de hoy, cuando retienen 7,65 céntimos por cada dólar que usted gana hasta casi 107.000 dólares, lo que vienen a ser 8.185 dólares.

El panfleto acerca de la seguridad social remata con otra mentira: "A partir del 24 de noviembre de 1936, el gobierno de los Estados Unidos abrirá una cuenta de la seguridad social para usted... los cheques se le ingresarán como un derecho". En primer lugar, no existe ninguna cuenta de la seguridad social en donde esté depositado su dinero, pero lo que es más importante, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha dictaminado en dos ocasiones que los estadounidenses no tienen ningún derecho legal a los pagos de la seguridad social.

Podemos agradecer esta tremenda ingenuidad de los estadounidenses a la educación pública.

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