Los denominados Seis de Jena son adolescentes negros a los que se acusa de golpear a un adolescente blanco hasta dejarlo inconsciente. Las personas razonables pueden discrepar en este caso sobre si los fiscales se excedieron en las acusaciones que hicieron inicialmente. Las autoridades primero quisieron procesar a cinco de los seis por el delito de intento de homicidio, un cargo que ya se les ha retirado a todos.
Quienes defienden a los Seis de Jena aseguran que los blancos colocaron cuerdas con un nudo corredizo en un árbol, provocando una serie de enfrentamientos interraciales. Los reverendos Sharpton y Jackson han llegado a afirmar que el duro trato al que se sometió a los Seis de Jena sirve como metáfora de la manera en que la justicia estadounidense trata desigualmente a los negros. ¿De verdad?
Jackson, hablando en Jena, aseguró que hay más negros en la cárcel que en la universidad. Es un dato irrelevante a la hora de probar su acusación contra la justicia por trato desigual. Encima es falso. Según el censo del 2000, había más de 2,2 millones de negros en la universidad. A mediados del año 2006, según el Departamento de Justicia, los días de 905.600 negros transcurrían en prisiones federales o estatales o en calabozos locales.
Incluso en el caso de que Jackson se estuviera refiriendo sólo a varones negros, su afirmación sigue siendo cuestionable. El Instituto de Política de Justicia concluyó que en el momento del censo del 2000, 603.000 varones negros estudiaban en la universidad mientras 791.000 estaban en prisión. Pero sólo 179.000 de los negros encarcelados tenían entre 18 y 24 años de edad, la "edad universitaria" habitual.
Jackson expuso como prueba de discriminación racial el trato desigual que reciben los procesados por el delito de posesión de crack y los que son encarcelados por tener cocaína. Esto reclama una explicación. Los delincuentes del crack, que son objeto de las penas más duras, son con frecuencia negros. Pero en los años 80, los miembros del Congressional Black Caucus (CBC), que agrupa a los congresistas negros, presionaron a favor de penas más duras contra aquellos que traficaban con crack, debido a la violencia asociada a ellos y que tenía lugar en su mayor parte en zonas urbanas. Casi la mitad de los miembros del CBC votaron a favor de la ley antidrogas de 1986, que impone penas contundentes por posesión de crack. La Comisión Penitenciaría federal, durante la administración Clinton, recomendó equiparar las penas por posesión de crack y cocaína. Clinton firmó una ley para bloquear esas recomendaciones.
Jackson y Sharpton sugieren que la desproporcionada cifra de negros en el sistema criminal de justicia se debe al racismo. Pero los negros tienen más probabilidades de ser absueltos que los blancos. Un estudio de los años 90 concluye que los negros son declarados culpables con menor frecuencia que los blancos en 12 de las 14 categorías de violaciones de la ley, entre las que estaban el asesinato, la violación, el allanamiento de morada, el robo, el tráfico de drogas y otros delitos contra personas. Los dos únicos tipos de violaciones de la ley en los que los negros no eran condenados con una frecuencia inferior a la de los blancos son las violaciones de las leyes relacionadas con el tráfico de drogas y la categoría de miscelánea. Los casos que llegaron a los tribunales (sólo el 2,8% de los examinados) mostraban un patrón similar, aunque los jurados condenaban más a los negros que a los blancos por robo, allanamiento y asalto a la propiedad.
¿Qué hay de la afirmación de que un acusado negro es probable que cumpla más tiempo de cárcel que un acusado blanco con los mismos antecedentes que él? Muchos expertos legales culpan de los resultados a factores económicos: los acusados blancos suelen contratar más a abogados privados que puedan conseguirles un mejor resultado en la sala. Otros factores que pueden decantar a los jueces incluyen el ser cabeza de familia, tener seguridad laboral y disponer de fondos para pagar la fianza, un perfil en el que estadísticamente encajan mejor los blancos que los negros. Y los jueces negros tienen estadísticamente una propensión mayor que los jueces blancos a imponer a los negros condenados penas más duras que a los blancos.
¿Qué hay del supuesto peligro de ser un negro que conduce? Muchos departamentos de policía de grandes ciudades archivan ahora los controles de tráfico en función de la raza del conductor. Pero la información recopilada no dice absolutamente nada del motivo por el que el policía manda parar un coche. El profesor Matthew Zingraff, de la George Mason University, que estudió el perfilado racial, dice: "Nunca sabremos el motivo por el que un oficial de policía obliga a detenerse a un individuo. Nunca conoceremos la cifra de personas que no son obligadas a parar. No nos dice la motivación. No nos dice lo que captó la atención del policía."
Los defensores de los Seis de Jena afirman que sus acciones fueron provocadas por el "delito de odio" de colgar tres sogas –más tarde reducidas a dos– de un árbol del campus del instituto. Esto, afirman los activistas, muestra el predominio de los delitos de odio contra negros en Estados Unidos. Pero el economista Walter Williams ha explicado que cuando las estadísticas de delitos de odio son ajustadas a la inferior población de los negros, resulta que estos cometen proporcionalmente más del doble de delitos de odio que los blancos.
El reverendo Sharpton llama a Jena el "Selma de nuestros días". Volvamos atrás. En Selma, Alabama, en 1965, un número de entre 500 y 600 manifestantes a favor de los derechos civiles intentaron mostrar su apoyo al registro de votantes negros. Las autoridades locales los atacaron con porras y gas lacrimógeno, dejando hospitalizados a 17 de ellos.
Por si le interesa a alguien, una encuesta Associated Press-AOL Black Voices pidió a los negros que dieran el nombre del "líder negro más importante". La respuesta más frecuente fue "ninguno". Jackson fue la opción del 15% de los encuestados, el 2% prefirió al reverendo Sharpton y Louis Farraján, líder de la Nación del Islam, una organización también activa en el apoyo a los Seis de Jena, fue elegido por sólo el 4%.
Tal vez esa sea la verdadera lección de Jena.
