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María Clara Ospina

La beatificación del Che

El "famoso" Che es el clásico ejemplo de un ídolo de papel creado por los medios ¿Quién sería hoy el Che si no hubiera muerto? Un fracasado y brutal revolucionario que acabó con la economía de Cuba siendo ministro de finanzas.

Evo Morales, en su reciente homenaje a Ernesto Guevara, dijo: "Nunca olvidemos al Che que nos dio línea política, que dio su vida por los demás" y, emocionado, procedió a dar a conocer el sello postal ordenado por su Gobierno con motivo de los 40 años de la muerte de este terrorista, en territorio boliviano. ¡Por favor! Cualquiera diría que estamos asistiendo a la beatificación de Guevara, a quien, como van las cosas en este mundo al revés, seguramente muy pronto se le confirmarán milagros.

Quizá el mundo ha olvidado que éste hombre también es conocido como el "Carnicero de La Cabaña", que es como llaman a Guevara los cubanos que vivieron en carne propia su crueldad hacia los presos políticos encarcelados en la fortaleza de La Cabaña, uno de los lugares de La Habana, donde se cometieron los peores crímenes políticos de la Revolución Marxista. Los sobrevivientes a las atrocidades cometidas en esta prisión recuerdan cómo a Guevara, mientras disfrutaba de su tabaco, le gustaba observar las ejecuciones aprobadas por él mismo, sin previo juicio o defensa de los enemigos, o supuestos enemigos, del marxismo cubano. Cómo, sin inmutarse, hacía desfilar a los familiares por el muro de ejecuciones aún fresco con la sangre de los fusilados.

Su vena sanguinaria fue bien conocida. Fue también el encargado en la Sierra Maestra de ejecutar, sin juicio ni defensa, a aquellos que consideraba traidores o informantes. En busca de otros frentes donde desarrollar su sangrienta revolución, el Che abanderó sin éxito su exportación a Panamá y Republica Dominicana y encabezó la fracasada campaña cubana de apoyo al marxista Lumumba en el Congo. Finalmente, lideró un grupo de guerrilleros bolivianos, quienes sucumbieron al no contar ni con el apoyo del Partido Comunista de su país.

Mal hace Evo Morales, quien se dice demócrata, en celebrar a este marxista enemigo de la democracia y del orden. Pero es que Evo, al igual que muchos inocentes o ignorantes, se ha dejado llevar por la romantización y comercialización de la imagen del Che. ¿Cuántos jóvenes no quedaron fascinados por la inocente sensibilidad social del joven Ernesto Guevara, representada en la película Diarios de Motocicleta? ¿Cuántos no portan camisetas o mochilas con la famosa foto que Alberto Korda tomó de este sanguinario hombre, con actitud de gloria y una reluciente estrella en su gorra? Son muchos los que solo conocen el mito e ignoran o han olvidado su cruenta y fracasada realidad.

La muerte hace maravillas de la imagen de algunos. El "famoso" Che es el clásico ejemplo de un ídolo de papel creado por los medios ¿Quién sería hoy el Che si no hubiera muerto? Un fracasado y brutal revolucionario que acabó con la economía de Cuba siendo ministro de finanzas. En fin, uno más de los secuaces de Fidel Castro.

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