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Agapito Maestre

Un tinglado con futuro

¿Qué cabe esperar? Es obvio. Zapatero seguirá haciendo lo mismo que en la anterior legislatura: narcotización de la sociedad para seguir pisoteando el Estado de Derecho y la nación.

Escribamos sin tapujos sobre el escaso futuro de la democracia española. El sistema "constitucional" y "democrático" ya no existe nada más que al servicio de Zapatero y el PSOE. Todo es un tinglado para que las "elites políticas" oculten la muerte de una nación a cambio de su enriquecimiento. Aquí nadie es inocente. A tenor de las intervenciones de Rajoy en el debate de investidura, sí, de su promesa de pactos con el Gobierno, parece que el PP tragará con todo lo que imponga el jefe de coordinación de las 17 taifas. Rajoy, en efecto, se ha allanado a las imposiciones de Zapatero y le ha prometido "pactos", silencios y cambalaches contra quien intente soliviantar esta paz de cementerio en la que pretenden vivir los políticos profesionales. Es esta circunstancia, y por ser fiel a mi propio pensamiento, es menester recordar que ese tinglado se monta sobre la sangre de los muertos por España, especialmente los asesinados por ETA.

¿Está solo Rajoy en su partido? No, por favor, nadie piense ese tipo de ingenuidades. Está respaldado por todos los que él ha puesto en el Congreso y el Senado. La mayoría de los presentes en el debate de investidura han servido, cómo no decirlo, en varias legislaturas y han prestado servicios a varios gobiernos y han soportado, o mejor, comprendido cientos de ataques al sistema democrático, y además venderán a España y al género humano para garantizar sus fortunas. Harán cualquier cosa para evitarse contratiempos personales. Son "políticos" inicuos. Mezcla de maldad e injusticia que sólo sirven a sus intereses, especialmente cuando las cosas se ponen feas. O sea, el tipo ideal de parlamentario, dicho en términos weberianos, únicamente actúa por interés personal, bajeza y adoración instintiva a la fuerza del poderoso. Pocos parlamentarios, fuera de tres o cuatro, se atreverán a rebelarse de la servil disciplina impuesta por sus jefes. Todos ellos forman el arquetipo del siervo que desempeña fielmente sus servicios a los dictados del déspota de La Moncloa.

En fin, porque nadie en el Parlamento español, excepto Rosa Díez, ha declarado que asiste a un crimen político de trascendencia histórica, la muerte de la nación, me temo que el futuro democrático, según la historia había previsto, es peor que incierto. Es inexistente. La oposición está entregada a las inmundicias de un Gobierno que hace de sus mangas capirotes. Zapatero se lo dejó clarito a Rajoy en el discurso de investidura: el más votado es el que manda en todo. ¿No les recuerdan estas palabras a lo declarado por todos los dictadores que han llegado al poder a través de las urnas? Por si le había quedado alguna duda al jefe del PP, a las 24 horas del debate circense de las Cortes, Zapatero ordenó a sus subalternos del Tribunal Constitucional, sí, a los magistrados socialistas, casi todos, que contestarán rápida y de forma negativa al recurso del PP sobre la ilegalidad de mantener a una presidenta que ya había cumplido, dicho castizamente, su fecha de "caducidad" al servicio del régimen socialista.

¿Qué cabe esperar? Es obvio. Zapatero seguirá haciendo lo mismo que en la anterior legislatura: narcotización de la sociedad para seguir pisoteando el Estado de Derecho y la nación.

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