
Los delincuentes están encontrando en las nuevas tecnologías un aliado para tratar de introducir sustancias prohibidas o teléfonos en las cárceles. Ya usan drones aéreos o sumergibles para tratar de burlar los controles policiales en las aduanas o en zonas como el Estrecho, altamente vigilado. En cuestión de una semana en dos cárceles gaditanas se ha usado esta herramienta para tratar de enviar productos prohibidos a los reclusos.
En una nota recogida por la agencia EFE, el sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP ha denunciado que en la cárcel de Botafuegos de Algeciras han intentado introducir drogas y dos teléfonos móviles con un dron que perdió el control y acabó cayendo a la terraza de un vecino de la prisión algecireña. El dron fue avistado sobrevolando la prisión antes de caer en la terraza y fue localizado por la Policía Nacional que descubrió que portaba hachís, cocaína y dos teléfonos móviles.
El sindicato ha recordado que esta técnica para introducir elementos prohibidos en las prisiones es recientes y que la mayor parte de las veces estos intentos se producen cuando un preso regresa de un permiso, en las comunicaciones íntimas o al introducir paquetería. Señalan, además, que la presencia de drogas y móviles en el interior de la cárcel genera "deudas, agresiones, amenazas, coacciones, extorsiones e, incluso, se utilizan para seguir cometiendo nuevas actividades delictivas desde el interior de la cárcel".
Whisky y un móvil en El Puerto II
Este es el segundo suceso parecido que se ha producido en menos de una semana en una cárcel de la provincia de Cádiz. En la madrugada del pasado viernes la Policía abortó el intento de introducir en la prisión de El Puerto II un móvil de alta gama y dos mini botellas de whisky adosadas a un dron e identificó a tres individuos a bordo de un vehículo que estaba estacionado de forma oculta en un carril próximo a esta prisión gaditana.
En el registro del vehículo encontraron el dron, su mando controlador, tres baterías, hilo de pesca con cuatro engarces, un paquete envuelto en plástico negro que contenía un móvil y las dos mini botellas. Según los agentes los sospechosos estaban a punto de usar el dron para introducir dichos efectos. Además, carecían de la licencia para volarlo y de la autorización de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para sobrevolar dicho espacio aéreo.

