Se confirman las sospechas de la familia de Natalia, la trabajadora doméstica de 46 años y origen colombino que desapareció el pasado domingo por la mañana tras salir del trabajo y que creyeron reconocer en las imágenes que se difundieron de un cadáver sin manos y sin cabeza que fue hallado en Marbella el mismo día por la tarde.
El hombre con el que mantuvo una relación de apenas cinco meses y que fue detenido el pasado lunes ha acabado con su vida. Así lo ha confesado este jueves él mismo, en sede policial: la mató, la decapitó y la tiró al mar. Fuentes cercanas al caso aseguraron a Libertad Digital que se trataba de "dos investigaciones paralelas" pero que estaban investigando "si estaban relacionadas", como se ha comprobado finalmente.
El autor del crimen intentó impedir que se pudiera identificar a Natalia cortándole las manos y la cabeza pero, una vez hubo sospecha de que los casos podían estar conectados y la familia de la víctima facilitó el material genético necesario para practicar las pruebas de ADN, era cuestión de tiempo. Él lo sabía y no ha podido aguantar la presión.
La segunda detención fue clave
El cerco se estrechaba sobre él. La Policía Nacional detuvo este miércoles a su mejor amigo "por su presunta implicación en la desaparición" de Natalia. Así lo comunicó a través de una nota de prensa en la que se explicaba que el arresto era fruto de la investigación iniciada el pasado domingo a partir de la denuncia interpuesta por parte de la familia de la mujer. Hoy sabemos que es "presunto coautor" del crimen.
Fuentes policiales confirman que el segundo arrestado "habría llevado a éste (su amigo) y a la víctima aún con vida en una furgoneta a la localización donde tuvo lugar el homicidio". Un enclave, facilitado por el autor confeso, en el que los investigadores han realizado una reconstrucción de los hechos y la Policía Científica ha recogido vestigios. Ahora, los agentes intentan encontrar las partes que el asesino habría amputado del cuerpo de la víctima.
La confesión del autor material
La ex pareja de la víctima y autor material del asesinato fue arrestado el lunes 9 de enero por la mañana, unas horas después de que la Policía Nacional estableciera un dispositivo para localizarle por un delito de quebrantamiento de condena y su posible implicación en la desaparición de Natalia. Su familia había dado buena cuenta a la policía de las amenazas que le habría realizado en los últimos días.
Los agentes registraron el domicilio del sospechoso y de la mujer que se encontraba en paradero desconocido, "interviniéndose diversos efectos de interés para la investigación". Durante las pesquisas, los agentes recabaron "diferentes pruebas testificales" que situaban a la Natalia y a su ex pareja "en un mismo punto de la ciudad".
La relación entre ambos no acabó de la mejor manera. Desde que finalizó, el pasado mes de noviembre, él no dejó de molestarla y en diciembre ella denunció "un episodio de malos tratos". Esto es lo que llevó a la familia de Natalia a sospechar de él cuando ésta desapareció. Cuando apareció un cuerpo mutilado y abierto en canal en la costa marbellí temieron lo peor.
Las diligencias de la policía han permitido las dos detenciones, la de la ex pareja de Natalia y la del amigo de éste. Y es "ante las evidencias que le incriminaban directamente en la desaparición de la mujer", explica la policía, cuando "el principal sospechoso ha reconocido el crimen en sede policial".