
La presión mediática ha conseguido en Pedro Sánchez el efecto que miles de ilegales entrando por las costas canarias no había logrado. O quizás esperaba exprimir al máximo sus lujosas vacaciones en Lanzarote, disfrutar con sus amigos políticamente correctos – Zapatero, Illa y Marlaska– hacerse de rogar, y previo a su fin, dignarse a tener una reunión con el presidente de Canarias. Un encuentro que las autoridades del archipiélago exigían desde antes de que el máximo dirigente del gobierno aterrizase en la isla, y del que solo Fernando Clavijo albergaba esperanza.
Así pues, después de una larga espera que parecía no tener fin, el presidente canario ha anunciado que el gabinete de Sánchez ha contactado con el Gobierno regional para que la reunión entre ambos mandatarios se celebre el viernes en La Palma. Casualmente, la misma isla que Sánchez tiene intención de visitar en su agenda turística, y donde Clavijo insistió este lunes, en una rueda de prensa en la que también se encontraba el ministro de Transportes, Óscar Puente, en pedir ese encuentro, "por cortesía institucional, lo razonable sería que pudiésemos despachar".
Así lo expresó este martes el presidente regional tras reunirse junto a la consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias, Candelaria Delgado, con las entidades gestoras de los centros de menores inmigrantes, donde agregó que "la emergencia se ha convertido en la normalidad, y eso es algo que no podemos permitir".
Clavijo ha dicho que su idea es "poder despachar y tener esa conversación" con Pedro Sánchez para abordar "distintos asuntos" de importancia para el archipiélago, "entre los que obviamente está la inmigración, pero también la agenda canaria y lo que el presidente quiera poner".
No ha aclarado cómo será el encuentro o si Sánchez visitará alguno de los centros de acogida de migrantes que existen en Canarias, pero el presidente autonómico considera que la reunión no debe ser coloquial, sino que tiene ser algo formal.
45 recursos para menores más
Respecto a este tema, el presidente canario ha explicado que el archipiélago ha pasado de tener 36 recursos para atender a estos jóvenes inmigrantes a los 81 con los que cuenta en la actualidad, pero indica que por mucho trabajo que las ONG están haciendo, el límite de la capacidad del archipiélago está sobrepasado para atender a los niños y niñas que la comunidad tiene bajo su tutela.
"A partir de ahí y a la vista de que el proyecto legislativo se frustró en el mes de julio, independientemente de que no tiramos la toalla, y de que no ha habido decreto ley, lo que tenemos es que organizar y tratar de sistematizar una situación que ya de por sí está siendo de emergencia y se prevé que en los próximos meses se pueda convertir ya en una emergencia todavía mayor".
En este sentido, el presidente apunta que las previsiones más optimistas hablan de que serán 3.000 los menores inmigrantes no acompañados que llegarán a Canarias en los próximos meses, frente a otras hipótesis que hablan de 7.000, al igual que ocurrió el pasado año.

