Felipe VI pronunció este martes su primer discurso de la Pascua Militar, y también el primero del año 2015 como Rey, en una jornada que ha recuperado su extensión habitual después de haber sido reducida en ocasiones anteriores, con motivo de la limitada movilidad de Don Juan Carlos.
Para esta solemne ocasión, la Reina Letizia optó por un vestido de color verde, largo y ajustado con cuello redondo y sin escote, con manga larga decorada con bordados florales, muy sencillo, discreto y elegante. Se trata de un color, el verde, que ha formado parte de su repertorio habitual en lo que a la Pascua Militar se refiere a lo largo de su trayectoria como princesa. La prenda es obra de su diseñador de cabecera, el español Felipe Varela.
Situada a la espalda del Rey Felipe durante todo el discurso en la sala Gasparimi, el primero de Felipe como monarca en 2015, Letizia mantuvo en casi todo momento las manos entrelazadas, mirando a su alrededor al tiempo que atendía a las palabras de su marido. Su gesto en todo momento fue solemne y serio, pero sin el atisbo de tensión o el rictus tenso de algunas ocasiones anteriores como Princesa.
La Reina estaba ahora relajada y hasta levemente sonriente, sabedora de que en esta ocasión no era ella, ni sus hijas, quienes llevaban el protagonismo durante ese discurso a miembros de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civl. Y de que, sobre todo, ahora que es ella quien ocupa el trono.
Atrás van quedando las ocasiones en los que la entonces Princesa de Asturias se mostraba tensa y seria, a veces parapetándose en el cuidado de sus hijas para disimular un cierto nerviosismo, o incluso algún amago de caída, como el que tuvo lugar el año pasado. Letizia, como Reina, parece haberse desembarazado de todo aquello que le restaba libertad y muestra ya su mejor faceta, relajada y confortable en su puesto, segura de que su momento ya ha llegado.