A pesar de su paso por la cárcel, parece que Isabel Pantoja no está dispuesta a renunciar a sus caprichos de estrella. Ni Jennifer López y Lady Gaga juntas suman la cantidad de peticiones que nuestra estrella de la copla pide para trabajar. Dieciocho páginas tiene la lista de exigencias de la tonadillera para los conciertos de su nueva gira mundial. El Programa de Ana Rosa ha tenido acceso a dichas peticiones en las que encontramos desde jamón cinco jotas hasta té de limón de Mercadona.
Entre otras cosas, la diva ha pedido dos camerinos para ella sola, uno en el backstage y otro cerca del escenario, para cuando haga los cambios rápidos de vestuario. Y otros seis camerinos que puedan alojar hasta a treinta personas, para los músicos que la acompañan. En cuanto al mobiliario, pide un sofá cómodo, cuatro sillas, suelo de moqueta, una mesa, un perchero con seis perchas, un sillón de peluquería, un espejo iluminado para el maquillaje y detalles decorativos que generen un espacio confortable. Además, detalla como debe ser la tarima del escenario y como no podía ser de otra forma, los cañones de luz, sólo hacia su persona.
Kiko Rivera ha debido de salir a su madre en las cosas del comer, pues la tonadillera no se priva de nada y ha pedido, entre otras cosas, fruta fresca, jamón cinco jotas, caña de lomo, queso, sándwiches de pan de molde, bocadillos y bollería. Para beber, seis cervezas y un vino tinto Rioja. Pero como tampoco es plan de salir a cantar con una copita de más, también ha pedido agua con gas y sin gas, Fanta de naranja, Coca-Cola light, Aquarius sin azucar, un termo de café y dos litros de zumo natural de naranja. Vamos, que no va a salir a cantar con la garganta seca.
Para viajar, Pantoja pide tres billetes en clase business y de vuelo directo, que los transbordos no le gustan, para ella y dos acompañantes a la ciudad más cercana al concierto y para el resto del equipo, clase turista, que no quiere abusar. Deben recibirla dos furgonetas con los cristales tintados y chófer que la llevarán a la suite de un hotel de cinco estrellas, con desayuno incluido, y una cama grande. Debe de disponer de terraza, balcón o similar, que pueda abrirse. Debe ser que desde prisión no lleva bien lo de los espacios cerrados.