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Miguel Ángel Silvestre: "No tengo suerte en el amor"

Pese a sus conquistas femeninas, Miguel Ángel Silvestre asegura que no tiene suerte en el amor.

Pese a sus conquistas femeninas, Miguel Ángel Silvestre asegura que no tiene suerte en el amor.
Miguel Ángel Silvestre | Cordon Press

A sus treinta y cinco años Miguel Ángel Silvestre continúa residiendo en Los Ángeles desde hace dos años; estaba muy compenetrado con el equipo de Sense 8, cuyo argumento giraba alrededor de ocho personajes homosexuales, que se apoyan entre ellos para superar una serie de problemas. Pero la productora norteamericana de las hermanas Wachowski, de quienes se había hecho muy amigo, decidieron suspender el rodaje. No obstante ese contratiempo con la ahora poderosa firma Netflix, le brindaron una breve aparición en otra serie de éxito, Narcos. Y ahora comienza en México un "remake" de La boda de mi mejor amigo, aquella película que reunió a Julia Roberts y a Rupert Everett. El castellonense hará el papel de este último.

Pero, al rebufo como suele decirse de esa serie Sense 8, ahora cancelada, en el pasado mes de junio Miguel Ángel Silvestre apareció en la portada de una revista trimestral dedicada a lectores "gays", Dear Magazine. El actor, desnudo de cintura hacia arriba, mostraba sus pectorales y su musculoso aspecto de atleta, de los que "se machacan" en el gimnasio a diario. En el interior, un gran despliegue fotográfico, con sus declaraciones, una de ellas acerca de cómo sus padres le habían instruido a él y a su hermana: "Nos han educado en la sensibilidad hacia el colectivo LGBT". Pero con su "curriculum sentimental", no parece nada dudoso respecto a sus inclinaciones. Le gustan las mujeres más que a un tonto una tiza. Ocurre que a guapos como él lo admiran no sólo ellas.

Otra cosa también es lo que acaba de declarar estos días, con motivo de una fugaz visita a Baqueira Beret, en cuya estación invernal participó en la inauguración de un restaurante de altos vuelos: "No tengo suerte en el amor".

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Miguel Ángel Silvestre, en Baqueira | Cordon Press

Pues, para sentirse desgraciado, ya quisiera más de uno haber vivido sus aventuras amorosas con mujeres de bandera. Comenzando por Belén López, a la que conoció en 2005 rodando Motivos personales. Amor a primera vista. Duradero. Seis años de pasión, hasta que en 2011, en otro rodaje, el de Los Pelayos, Miguel Ángel flipó al tener de compañera al bellezón de Blanca Suárez. Muy sensible, él le regaló un perro, que iba con la pareja a todas partes. Se lo quedó ella cuando rompieron tres años más tarde. Vino después el éxito televisivo de Velvet, donde en la ficción vivía una tórrida y discontinua relación con el personaje encarnado por Paula Echevarría. Nada pasó entre ellos fuera del rodaje, entre otras cosas porque la asturiana aún bebía los vientos por el ahora desnortado David Bustamante. Y en seguida, Miguel Ángel Silvestre tuvo un fugaz romance en 2014 con la modelo canaria Mirian Pérez. Y sí, se supone que en sus andanzas en los Ángeles, el galán tuvo otras amistades femeninas pasajeras. Por ejemplo con una diseñadora de bolsos, la leonesa-gallega Laura del Río. Nada serio entre ambos. Hasta que apareció Albania Sofía Sagarra, que ha sido el último "ligue" del admirado Duque de Sin tetas no hay paraíso. Con el nuevo año decidió sentirse libre, en espera de que le haga tilín la próxima candidata a ser su compañera. De casarse, nada por ahora. Soltero dice sentirse plenamente dichoso. Y como mujeres no le faltan…

Por el momento, Miguel Ángel Silvestre no tiene intenciones de reincorporarse a ninguna producción cinematográfica o televisiva española. En Los Ángeles cifra su futuro como actor. Su vida fuera del trabajo transcurre para él plácidamente, pasando muchas horas ante el televisor, va al gimnasio, cena con amigos… Llegado el fin de semana suele viajar a San Diego, donde se baña y practica surf. Su futuro estará siempre en el Mediterráneo, de donde procede, "con hijos, con mi madre y tres perros… trabajando, preparando paellas…". Es un tipo optimista, lleno de vitalidad, cuya obsesión actual no es otra que llegar a lo más alto que pueda como actor, sabiendo de antemano que ha de practicar mucho inglés para integrarse al máximo en el nunca fácil mundo del cine y la televisión.

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