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La deseada María José Cantudo cumple años (pero esta vez de verdad)

Soltera, sin ningún amor, retirada del espectáculo, cumple 67 años.

Soltera, sin ningún amor, retirada del espectáculo, cumple 67 años.

Si hay una mujer en la historia del espectáculo, diva en la escena y, fuera de ella, esa es María José Cantudo. Cumple este 10 de julio sesenta y siete años, con una biografía sentimental muy activa. Ahora, aunque oficialmente no haya anunciado su retirada, vive alejada de los focos, las plumas y lentejuelas y las fiestas faranduleras, se acuesta en soledad y no parece tener necesidad ni de lo uno ni de lo otro. Posee un patrimonio suficiente para, como suele decirse, no apurarse si sube el recibo de la luz en unos cuantos años; las antigüedades (cuadros, esculturas, joyas) siguen siendo su pasión, en las que invirtió gran parte de sus ahorros. Ello le da tranquilidad. Y la pasión que siempre manifestó cuando estuvo enamorada, de tres hombres que marcaron su existencia, se ha ido amortiguando con el paso del tiempo. Aunque por su carácter indómito se piense que traicionó a algunos de esos amantes, ella ha confesado que su único marido y los otros dos señores a los que se entregó, acabaron por ponerle los cuernos. Visto lo visto… hace ya tiempo que decidió no comprometerse con ninguno más.

María Purificación Josefa Cantudo Porcel vino al mundo en Andújar el 10 de julio de 1951. En la hagiografía que le escribió el cronista valenciano Tony Aliaga Carratalá aparece como nacida seis años después, lo que complacería a la interesada. Eso de "quitarse años" es muy propio en el mundillo artístico. Quería triunfar como cantante y viajó a Madrid. Tuvo que ganarse la vida en una empresa textil donde aparte de ejercer como secretaria ya mostraba su palmito desfilando con modelos de la fábrica para animar a los comerciantes. Animada por Marisa Medina, dueña de una "boutique", se presentó a un concurso en el que estaban de jurados el dueño de la editorial Rollán, que la contrató para una serie de fotonovelas, y Manolo Otero, que se prendó en seguida de María José Cantudo. Le llevaba nueve años de diferencia, lo que no iba a constituir problema alguno para enamorarse.

Si familiarmente era Mari Pepa, cuando se inició como modelo se hacía llamar por su nombre compuesto simplemente. Y así, María José también prestó su figura para anuncios publicitarios: de una marca de aceites, de unas patatas fritas, un whisky, una cadena de hoteles… Le gustaba más y estaba mejor pagada posando para los catálogos de modas de El Corte Inglés. Su entrada en el cine con breves apariciones en la pantalla sucedió a partir de 1971. De la treintena de películas en los que intervino, La trastienda, en 1975, fue la que más revuelo produjo al aparecer en el plano final en pelota viva, frontalmente, durante pocos segundos. Suficientes para ser el mayor aliciente de la historia. Un reclamo publicitario de inmediata eficacia. Era la primera vez en el cine español que ello sucedía. El régimen franquista se desmoronaba, moría el jefe del Estado, abría la mano la censura y se instalaba por largo tiempo "la etapa del destape".

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María José Cantudo en La trastienda | Archivo

Para entonces, María José Cantudo ya era la esposa de Manolo Otero. Lo hizo en 1973, en Andújar, estando embarazada de quien sería su único hijo, Manolito, futuro abogado. Por cierto: ella propuso a la editorial de las fotonovelas que su marido apareciera en una de ellas, Pecado mortal, la única en la que él participó. No le gustaba y tampoco parece que convenciera a la empresa. Pero ella sí que "vendía" ejemplares de aquellas colecciones, al punto que Valerio Lazarov la descubrió en una de ellas, contratándola para el programa Señoras y señores, primero como azafata y luego de presentadora. Ni qué decir tiene que en aquella mitad de los años 70 María José Cantudo aparecía a menudo en las revistas, bien ligera de ropa. Tan intensa era entonces su vida que el corazón le dio un susto y hubo de ser hospitalizada con urgencia. Se recuperó pronto. El productor cinematográfico José Frade, cautivado por ella, le firmó un sustancioso contrato.

Llevaba tres años casada cuando corrió el rumor de que la actriz Sandra Mozarowsky (que moriría tempranamente al caer a la calle desde su terraza) mantenía un idilio con Manolo Otero. ¿Pudo ser ella la mujer que María José descubrió con su marido en su propio lecho? Nunca quiso ella revelar la identidad de la actriz con la que la engañó Manolo Otero.

Rodando la película El huerto del francés se peleó con Agata Lys. Los celos profesionales pudieron ser la causa de la pelea. De resultas de ello se negó a aparecer desnuda en una escena que debía compartir en la cama con el protagonista y director Paul Naschy. El genio de María José Cantudo ha sido siempre una constante en su vida. Un fotógrafo con el que la jienense tenía mucha confianza, Castellví, sin consentimiento de ella, vendió un reportaje de la actriz mostrando sus vergüenzas, lo que lógicamente enfadó muchísimo a María José, que en varias ocasiones se había negado a aparecer sin ropa en Interviú, rechazando importantes cantidades de dinero. El pudor quedaba a un lado. Lo que no consentía, y estaba en su derecho, es que se aprovecharan de ella.

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En la portada de Interviú | Archivo

De las fotonovelas y los anuncios como modelo y sus películas, en general más bien para olvidar, pasó a convertirse en estrella de revistas musicales. Sería allí donde alcanzó su mayor notoriedad, aunque no precisamente por su voz, y también la faceta que le reportó más beneficios económicos: Las Leandras, que antes de la guerra civil había estrenado Celia Gámez, fue el primero de esos espectáculos recreados por la bella andaluza. Si su carrera iba viento en popa, no así su matrimonio, roto en 1978 después de cinco años de unión. Los caracteres de la pareja eran muy dispares: ella, un trueno, tan sensual y cariñosa como agresiva; Manolo Otero, en cambio, más tranquilo. Fui testigo una noche en la que me invitaron a cenar de lo mal que se llevaban. Y entonces María José Cantudo se fue a vivir una temporada con Pedro Ruiz, que "le había tirado los tejos" insistentemente y le mandaba cajas de bombones y ramos de flores al teatro. Pero el cómico catalán también le fue infiel. Según alguien muy cercano a María José, ésta llegó un día al chalé en el que convivían, propiedad del humorista, y lo encontró en la cama con alguien, momento en el que se destapó la ruptura de la pareja. Parece que hubo intención de la estrella de casarse de nuevo. Salió a la palestra la figura de un militar y el rumor de que María José quería obtener lo más pronto el divorcio. Pero el caso es que, hasta la fecha, no volvió a contraer enlace alguno.

Sí que tuvo una desagradable experiencia sentimental con el pianista Felipe Campuzano, con el que convivió fugazmente unos meses. Cierto episodio de tipo, llamemos escatológico, que él mismo contó, fue suficiente para apartarse del gaditano. En cambio, quien sí llenó su corazón fue el empresario Enrique Cornejo, que la trató siempre como una gran estrella, favoreciéndola al producirle varios espectáculos muy taquilleros así como la ocasión de presentarla como actriz de comedia, emparejándola en el escenario de uno de sus teatros con actores de la categoría de José Luis López Vázquez. Con Cornejo, María José Cantudo entró en una etapa muy provechosa en todos los sentidos, que le reportó popularidad, dinero y una gran estabilidad sentimental. Hasta que, según ella, Enrique la engañó no con una, sino con varias. Y acabó su historia con el hombre que posiblemente más quiso, junto a los antes mentados Manolo Otero y Pedro Ruiz. Lo de su supuesto lío con el empresario mexicano Ramiro Garza no pasó de un romance sin futuro. Él era muy espléndido con ella y hasta le pidió matrimonio. Pero María José Cantudo renunció a ser su esposa. ¿Se aprovechó de la amistad con aquel rico hombre de negocios? Ella nunca confesó a los periodistas detalles de su relación con el señor Garza, por muy bien que la tratara en sus contratos cinematográficos.

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Cantudo, en el año 2016 | Archivo

María José Cantudo fue informada de la muerte de su exmarido, Manolo Otero, el 2 de junio de 2011 por el autor de su biografía La trastienda de una actriz, significativo título. Momento en el que lógicamente sintió un gran dolor; fue a una iglesia a rezar y a la vuelta a casa ya un grupo de reporteros la esperaban para conocer su reacción. Pocos meses antes, en su última aparición en una cadena televisiva española, el actor-cantante anunció que había escrito un libro donde contaba su vida, y sobre todo varios capítulos sobre su convivencia con la estrella. Memorias que nunca llegaron a publicarse.

Los años siguientes ya fue mermando su trabajo, por decisión propia, y aunque rodó alguna otra película y un documental, prefirió descansar después de una larga vida profesional, más de cuarenta años. Discreta como actriz y cantante, desde luego muy sensual, estrella de indudable belleza, María José Cantudo ha sido siempre una mujer tenaz en su oficio, muy trabajadora, y una avispada empresaria. Su atractivo, su elegancia, y un indiscutible imán la convirtieron en un "sex-symbol". Ella misma lo había dejado claro, antes de retirarse: "Fui siempre muy deseada por los hombres".

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