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Eva Cobo al desnudo, y la tragedia que vivió junto a Toni Cantó

La vida de Eva Cobo sufrió su peor tragedia con la pérdida de su hija surgida de su unión con Toni Cantó.

La vida de Eva Cobo sufrió su peor tragedia con la pérdida de su hija surgida de su unión con Toni Cantó.
Eva Cobo | Interviú

La vida para la actriz barcelonesa Eva Cobo tiene ribetes frívolos, como protagonista de desnudos en películas de los años 80 y en revistas donde exhibía la intimidad de su hermosa anatomía. Pero también ángulos dramáticos, capítulos muy duros, como la lucha para que Toni Cantó reconociera a Carlota como hija de ambos; la muerte de esa primera hija en accidente de coche provocado por un borracho; un matrimonio que sólo le duró doce días, porque el marido la tenía encerrada y la maltrataba... Y aunque ha ido recomponiendo todas esas heridas de su cuerpo, su mente y su alma, a la bella Eva le ha quedado quizás para siempre un poso de amargura; un velo negro que atenaza sus recuerdos de vez en cuando, pese a que trata de ir pasando páginas de ese oscuro pasado, aferrándose sobre todo a los dos hijos que tuvo, luego de la pérdida de Carlota. Hay ocasiones que a nuestra puerta llama alguien, inesperadamente, que cambia nuestro futuro. Y a Eva Cobo le pasó que, estudiando en un colegio de Barcelona, llegó un equipo de la película Victoria que iba a dirigir Antoni Ribas. Puede aplicarse aquí el término largometraje, pues de Victoria se proyectarían tres partes. Necesitaban una adolescente y en esas pruebas a las alumnas eligieron a Eva, quien no tenía ni la más remota idea de ser actriz. Pero lo sería posteriormente.

Cierto que no siempre en películas del gusto de su familia. Mas, con su mayoría de edad, no se opuso a rodar escenas en paños menores. Utilizando su nombre y parafraseando el título de aquella famosa cinta protagonizada por la mítica Bette Davis, nos es muy fácil aplicarle a la joven catalana aquello de Eva al desnudo. Pues la Cobo lució de esa manera en varias películas, alguna de ellas relevante como Matador, donde rodó escenas apasionadas con Antonio Banderas, desde que el personaje del malagueño la forzara ferozmente en la trasera posterior de un coche, en plena calle una noche lluviosa, hasta que luego ambos se encamaban locamente atraídos por el sexo. No sería la primera y última vez que Eva Cobo rodara escenas parecidas, como en Un par de huevos, del siempre previsible en comedias eróticas Francesc Bellmunt. Y en Recién casados, episodio séptimo de la serie televisiva Pepe Carvalho, donde en la noche de bodas su marido de ficción le arrancaba el vestido nupcial de manera brutal, dejándola ante las cámaras con los pechos al aire. Lo que entonces resultó un atrevimiento en la programación de la pequeña pantalla. Las imágenes lascivas de Eva Cobo en varias revistas daban un contraste evidente, entre su rostro y su mirada, más bien propia de una jovencita inocente, de aire angelical y la contemplación de su cuerpo tal y como Marisa, su madre, la trajo al mundo. Así apareció en Interviú y en Playboy, en cuya portada de la edición española la comparaban con una Lolita de andar por casa. (Se entiende la comparación con la heroína de la novela de Nabokov).

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Eva Cobo en el año 2001 | Gtres

Contaban que Eva Cobo tenía muy alta cotización por mostrarse en pelota picada: dos millones de pesetas una sesión de desnudos. Apreciable cantidad, mediados los años 80. De ella nos quedaría en la retina ese ayer mostrándonos su escultural físico, pero también realizó otros trabajos en comedias teatrales, luciendo su palmito pero con mayor ropa encima. Lo que marcaría para siempre el destino de Eva Cobo fue su relación con Toni Cantó, un guapo actor valenciano, que en Madrid se relacionaba con Miguel Bosé y otros populares personajes de la farándula, hasta convertirse en galán, luego primer actor con propia compañía teatral y en la actualidad político muy conocido. En esos ambientes artísticos Toni, siempre enamoradizo, dio con Eva Cobo. Convivieron cierto tiempo formando una atractiva pareja, muy fotografiada por los reporteros de las revistas del corazón. Eva se quedó embarazada y dos meses antes de dar a luz, Toni le dijo adiós y se esfumó. Nunca contarían qué les pasó. Puede que lo que cantaba Rocío Jurado, aquello del amor que se rompía "de tanto usarlo". El caso es que Eva trajo al mundo una preciosa niña, rubia como la joven mamá, a la que impusieron el nombre de Carlota. Al poco tiempo la actriz inició una demanda acusando a Toni Cantó de no aceptar aquella paternidad. Tres años batalló Eva cerca de los juzgados hasta lograr que el actor reconociera a Carlota como hija suya, por supuesto tras la resolución de un juez. Hubo de indemnizarla con los gastos debidos a la manutención de la pequeña, y continuar haciendo frente a esa y algunas otras obligaciones para el futuro.

Y el maldito destino que parecía perseguir a Eva Cobo hizo de las suyas: el 29 de enero de 2011 Carlota Cantó Cobo resultaba muerta junto a su novio, Javier, ella con dieciocho años, él con veinte, consecuencia de un conductor que con su furgoneta viajaba en sentido contrario por la carretera de Cabrera de Mar. El kamikaze quintuplicaba la tasa de alcoholemia. Aquella muerte unió repentinamente a los padres de la infortunada Carlota, siquiera durante el entierro y los funerales. Y al menos, dejando a un lado los procedimientos judiciales que arrastraron por culpa del actor, Eva y Toni se consolaron por algún tiempo, aunque llevaran vidas ya muy distintas. Si la unión con Eva había durado entre 1988 y 1992, Tony tuvo posteriormente otras relaciones: con la presentadora Carla Hidalgo, que le dio un hijo, Lucas, nacido en 2003, y con la actriz Mar Regueras, con quien tuvo en 2006 a Violeta. El 2010 se casó en Ibiza con la terapeuta Inma Suárez, de la que se separó un año más tarde. La última relación que conocimos después fue con otra actriz, Lourdes Verger, con la que también rompería su vínculo. Reincidente el valenciano en su vida sentimental.

Por su parte, Eva Cobo contrajo matrimonio en 1996 con el arquitecto Álvaro Akerman. Boda "por todo lo alto". Fue portada de ¡Hola!, con lo que parece dicho todo. Y lo que son las cosas: doce días después del enlace aquella pareja se deshizo. No sabemos si en la historia nupcial de nuestro país existen casos parecidos, que nos remiten más bien a esos casamientos en Las Vegas que se destruyen de la noche a la mañana, cuando los cónyuges ya se han despertado de su embriaguez. Se supo que el arquitecto resultó ser un machista, que violentaba a su reciente mujer, a la que parece ser llegó a encerrarla en casa durante tres días. Menos mal que Eva pudo librarse de aquel tipo, con el que tuvo un hijo, Alejandro, que hoy tiene veintidós años y estudia en Manchester. Posteriormente, Eva Cobo rehizo su vida en La Coruña con el empresario gallego Roberto Díaz-Rincón, con quien residía en La Coruña. Fueron padres de Roberto. Después, ya no hemos sabido nada más sobre esta mujer de tan inestable biografía íntima.

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