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La vuelta a las pasarelas de Esther Cañadas tras una grave enfermedad que la confinó en casa

Esther Cañadas, una de las musas de las pasarelas de décadas pasadas, decide volver tras su maternidad y superar una grave enfermedad.

Esther Cañadas, una de las musas de las pasarelas de décadas pasadas, decide volver tras su maternidad y superar una grave enfermedad.
Esther Cañadas en 2001 | Gtres

La albaceteña Esther Cañadas, que el pasado 1 de marzo celebró su cuarenta y tres cumpleaños, ha decidido regresar al mundo de las pasarelas, donde alcanzó, tiempo atrás, una justificada notoriedad. Bella, con una estatura de un metro y setenta y ocho centímetros, ojos claros, azules, y unos carnosos labios, se codeó con las mejores "top models" del momento, como Naomi Campbell y Claudia Schiffer. Posó para las cámaras de los más expertos y cotizados fotógrafos de moda, caso de Richard Avedon, Peter Lindberg y Helmut Newton. Fue portada de Harper´s Bazaar, Vogue y Marie-Claire. Desfilando para las más destacadas firmas: Chanel, Saint-Laurent, Versace, Gucci, Calvin Klein…

Y cuando estaba en la cima de su profesión, considerada como una de las mejores modelos, Esther Cañadas padeció una enfermedad inmunológica que la retuvo en casa, lejos de las pasarelas, sometida a un severo cuidado médico durante cinco años, a base de cortisona. Cambió su físico. En consecuencia, tuvo que abandonar los desfiles, temiendo que su carrera había llegado al final, refugiándose varias temporadas en los Estados Unidos. No ha sido así. Porque la casa Balmain la contrató para sus últimos desfiles, antes de que hiciera su aparición el maldito coronavirus. Ilusionada porque, aun confinada en casa como todos los mortales, espera reanudar su trabajo en cuanto le sea posible. La ha ayudado mucho en estos últimos meses el modelo y actor vasco Jon Kortajarena, quien le aconsejó abriera una cuenta en Instagram, para sentir el apoyo de la gente que la sigue y quiere.

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Esther Cañadas en 2018 | Gtres

Esther Cañadas empezó muy temprano a desfilar como modelo, desde que con catorce años se estableció en Barcelona. A los dieciseis, compitió en los Estados Unidos por el título de Supermodelo en un concurso. También hizo sus pinitos en el cine, con breves intervenciones en tres películas: la más importante, un "revival" de El secreto de Thomas Crown, cuyo protagonista era Pierce Brosnan.

No es fácil para una modelo internacional como lo fue ella, viajando constantemente, gozar de un equilibrio sentimental. No obstante ella probó el matrimonio por vez primera con un colega de profesión, el modelo holandés Mark Vanderloo, con quien se casó en 1999 en la Toscana italiana. Sólo un año duró la convivencia. En 2007 reincidió, tras enamorarse del piloto catalán Sete Gibernau, celebrando esas segundas nupcias en una masía gerundense. Les nació Masine. Tampoco pasaron de un año de vida en común. Desde entonces, Esther Cañadas no ha querido comprometerse seriamente con nadie, escaldada de sus maridos. A pesar de lo cual se enrolló cierto tiempo con un millonario hotelero, en 2008, nada más dejar a Gibernau. Y como tampoco la cosa funcionó, esperó unos años y en 2014 se supo que había alumbrado una niña en la clínica Rúber, de Madrid, a la que impusieron los nombres de Galia Santina. No quiso entonces ni después decir quién era el padre de la criatura. Un año antes, su último novio había sido un tal Vikran Chatwal.

Suponemos que cuando pueda reanudar sus pasos por las pasarelas tendremos más noticias suyas. Aún es joven para enamorarse, aunque esos cuarenta y tres años cumplidos la convierta en una veterana entre las modelos, que suelen ser mucho más jóvenes, como ella lo fue en sus mejores tiempos. Desde luego, Esther Cañadas aún continúa esbelta y atractiva, a juzgar por sus más recientes imágenes.

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