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El incierto futuro de Esther Doña tras el portazo de los Falcó

Esther Doña da sus primeros pasos al margen de la familia del marqués. Unos momentos complicados, aunque lo peor parece haber quedado atrás.

Esther Doña da sus primeros pasos al margen de la familia del marqués. Unos momentos complicados, aunque lo peor parece haber quedado atrás.
Esther Doña | Europa Press

No hay duda de que estos meses han sido muy complicados para Esther Doña. A sus 42 años ha tenido que hacer frente al fallecimiento de su marido, Carlos Falcó, debido a las consecuencias de la covid-19, y dirimir con sus hijos (con quienes no se lleva especialmente bien) la herencia del marqués.

Intentando retomar poco a poco su vida, Esther Doña aprovecha estas jornadas de verano para pasear de lo más relajada por los alrededores de su domicilio junto a uno de sus mayores apoyos, su perrita.

Muy tranquila, Esther eligió para la ocasión un look total black deportivo con leggings por debajo de la rodilla, sudadera y gorra que combinó a la perfección con gafas de sol y zapatillas de deporte. Aprovechando el paseo para escuchar algo de música con los auriculares, Esther está retomando poco a poco la normalidad en su vida tras unos meses muy duros.

Además de la pérdida de su marido, Esther también ha tenido que hacer frente a un cambio de residencia. Ha pasado de vivir en el palacio El Rincón a mudarse a un piso a las afueras de Madrid.

En la crónica rosa de Es la mañana de Federico, la periodista Paloma Barrientos resumió cuáles serán sus siguientes pasos en verano: "La viuda se va a ir a Marbella porque los amigos que antes invitaban a la pareja desde sitios espléndidos ya no están. Ella tenía derecho a quedarse en El Rincón como usufructuaría por un acuerdo económico similar al que tuvo Alfonso Diez con los Alba. Ella tiene su dinero ahora pero El Rincón no le interesa nada. Mantenerlo es carísimo porque se cae a trozos. Mientras estuvo el marqués, los pagos los hacía su hijo Manolo, pero ahora es difícil vivir sola en un sitio que está lejos de Madrid, que es bonito pero inhóspito. Y en el acuerdo con los herederos ha llegado a que la den una cantidad de dinero y ella se marcha".

Lo mismo ocurre con el piso en el Barrio de las Letras donde el matrimonio también vivía. A Esther Doña le quedan, por tanto, sus dos casas en Majadahonda, una donde reside y otra que tiene alquilada.

Ajena a los continuos rumores sobre una mala relación con los hijos del que fuera marqués de Griñón, Esther prefiere mantenerse al margen de todo y centrarse, por tanto, en su nueva vida. Hay que recordar que la muerte de Carlos Falcó dejaba cinco hijos huérfanos, entre ellos a Tamara Falcó y a Xandra, quienes han heredado los negocios de su padre.

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