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Alejandro Talavante: reencuentro con su mujer e hijos tras dos años separados

Hace dos años Talavante se separó de su esposa, Jessica Ramírez. Ahora se abre la puerta a la reconciliación.

Hace dos años Talavante se separó de su esposa, Jessica Ramírez. Ahora se abre la puerta a la reconciliación.
Talavante y Jessica Ramírez | Gtres

En el otoño de 2018 el matador de toros Alejandro Talavante se separó de su esposa, la mexicana Jessica Ramírez. Ahora se han cumplido siete años de su boda. Precisamente coincidiendo con su reencuentro en una playa gaditana, junto a sus tres hijos. Puede ser el comienzo de una definitiva reconciliación familiar.

El torero pacense, de treinta y dos años en la actualidad, conoció en México a la bellísima Jessica, que había sido coronada como Miss Nacional en 2003. Un "flechazo", que dio paso al viaje de la pareja a España, donde se instalaron en la finca "Los Arrecifes de Arriba", propiedad del diestro, en el término municipal de Olivenza, casi en la frontera con Portugal. Allí convivieron tres años. Tuvieron su primer hijo, llamado como el padre. Ya tenía éste cuatro años cuando Alejandro y Jessica prepararon su boda, celebrada el 5 de julio de 2013 en la iglesia de Santa María Magdalena de la mencionada ciudad de la provincia de Badajoz. Les llegó su segundo hijo, Álvaro y, finalmente, una niña, Aitana, que ahora cuenta cuatro años.

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Talavante y Jessica en su boda | Gtres

Parecía un matrimonio sin fisuras, hasta que en octubre de 2018 saltó la noticia de su separación. No quiso el torero hacer declaraciones sobre el motivo, pero ella, en su cuenta de Instagram, dio a entender con un texto muy elaborado y algo críptico, las razones de aquel adiós: la traición, la infidelidad. Prudente, Alejandro dio la callada por respuesta.

Siempre fue enamoradizo este torero de aspecto algo rudo, que cuando no torea deja crecer su barba, como ocurre ahora que el coronavirus le impide retornar a los ruedos. Ya tenía una novia cuando era novillero en ciernes. Aceptó separarse de ella y de toda la familia para irse a entrenar tres años nada menos que a una aldea de la sierra de Aracena por imposición de su primer apoderado, Antonio Corbacho. Banderillero retirado, Corbacho había llevado las riendas de la carrera de José Tomás, hasta elevarlo a figura del toreo. Éste rompió su apoderamiento y dejó a su maestro literalmente en la calle. Así fue cómo se propuso hacer otro tanto de Alejandro Talavante cuando éste era un principiante. De sus maneras toscas, sin técnica, logró convertirlo también en figura. A punto lo consiguió, cuando también Talavante fichó por la casa de los Choperitas, empresarios y apoderados importantes. Corbacho murió cuando Alejandro, su antiguo pupilo, ya se codeaba con los matadores de toros del grupo especial, millonario, imprescindible en los carteles de las mejores ferias. No se equivocó el extremeño, seguro de sus posibilidades, muy tenaz, valiente siempre hasta lograr su puesto privilegiado en la fiesta brava. Renunció a estudiar, los libros nunca le gustaron. En tercero de ESO le dijo una mañana a su profesora: "Me voy". Y ante sus condiscípulos, dejó la clase y ya no pisó ya más el colegio.

Había comenzado a familiarizarse con los becerros siendo muy chico. La afición se la inoculó su abuelo materno. Y una tarde, viendo torear a José Tomás, quiso ser como él. Le gritó, entusiasmado, desde su localidad y el de Galapagar le lanzó una oreja que había conseguido. Con ese apéndice entre sus manos ya no tuvo duda el pequeño Alejandro que sería torero. Además, su padre, de ascendencia portuguesa, era veterinario y no se opuso a los sueños del alevín de torero.

Aquella novia que hubo de dejar cuando se recluyó en la aldea de Aracena la sustituyó por otras cuando pudo. A los toreros los siguen muchas mujeres. Aunque no sean guapos como Alejandro, los persiguen hasta sus habitaciones de hotel. Hacia 2008 se conoció que bebía los vientos por una tal Elisa. Pero un par de años después, en México, fue cuando la guapa Jessica entró en su vida.

Tras la ruptura de ambos, Alejandro Talavante lo pasó fatal. Ese mismo año, el 5 de octubre de 2018, se vistió de luces por última vez, hasta la fecha, en la plaza de Zaragoza, coincidiendo con la despedida de Juan José Padilla, el pirata de los ruedos por la pérdida de un ojo en ese mismo coso de Pignatelli. Talavante se planteó en los meses siguientes la retirada. No le pagaban lo que él quería, rompió con la casa Matilla, que lo apoderaba. Y se fue a su finca. En la más completa soledad, sin su esposa para consolarlo, sin sus hijos. Y a partir de entonces, vagabundeó lo suyo. Viajó a Nueva York, donde una noche, acompañado de un familiar y unos amigos acudió al hotel Carlyle, donde todos los lunes toca con su banda de jazz Woody Allen, haciendo alardes con su clarinete. Alejandro Talavante le regaló un capote. Y agradeciendo el presente, el cómico le dijo: "¿Y la muleta?".

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Con su esposa, en verano de 2020 | Gtres

Finalizando 2019 Alejandro Talavante se planteó reaparecer. Consiguió que José Manuel Arroyo Joselito se convirtiera en su apoderado. Éste, retirado como matador, emprendía así un nuevo rumbo, recordando que siendo novillero, Alejandro había tentado reses en su ganadería. Llegado el nuevo año 2020, ya tenían previsto torear en Arles (Francia), la feria de Sevilla y otras importantes plazas. A causa de la pandemia, hasta hoy, la temporada taurina sigue inédita. Hay programados algunos festejos en el comienzo del mes de agosto. Talavante medita si merece la pena anunciarse a partir de ahora.

Como otros toreros, Alejandro Talavante se ha preparado concienzudamente durante los días del confinamiento, que para eso tiene ganadería propia en su finca extremeña. Al margen de esa dedicación, la buena nueva de su muy probable reconciliación matrimonial le ha llenado de nuevas ilusiones. Al abrazar de nuevo a sus tres hijos se ha emocionado. Jessica Ramírez, además de ser muy atractiva, se dedicó años atrás a desfilar con importantes firmas de costura, y también a cursar la carrera de Derecho, con la pretensión inmediata de ejercer como abogada en cuanto consiga la titulación correspondiente.

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