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Patricia Llosa pierde la paciencia tras la campaña de Isabel Preysler contra ella

Patricia Llosa no puede más y trata de librarse del acoso mediático tras la campaña de Preysler contra ella.

Patricia Llosa. | Gtres

Cansada del acoso de la prensa y la campaña personal de Isabel Preysler a través de varios medios, Patricia Llosa ha perdido por primera vez la paciencia ante los periodistas. Sucede poco después de la periodista Pilar Vidal filtrase parte de la carta escrita por la entonces mujer de Mario Vargas Llosa para advertir a la socialité española que Mario acostumbraba siempre a volver al hogar tras pasar un tiempo fuera del nido.

La respuesta de Vargas Llosa y Patricia a la filtración de Preysler

Un texto de mayo del 2015, cuando Vargas Llosa y Preysler iniciaron su relación públicamente, y que siempre se mantuvo en secreto hasta ahora, con una despechada Isabel utilizando todos los medios a su alcance para atacar al escritor y, sobre todo, su entorno familiar con Patricia Llosa al frente.

En la carta, la peruana advertía que su marido ya había estado previamente con 20 o 300 mujeres durante su matrimonio. Ella negó vía comunicado ese texto que ahora Preysler, a través de Pilar Vidal, ha querido recuperar parcialmente para así perjudicar la gran semana internacional de Vargas Llosa, que este jueves recibirá un destacado lugar en la Academia Francesa en un hito cultural para las letras de su país y en español.

El consejo de Federico a los hijos de Vargas Llosa tras los nuevos ataques de Pilar Vidal

Tras la publicación de dicha carta Patricia ha reaparecido. Se encuentra en Madrid con Mario y sus hijos, tal y como se ha demostrado con diversos encuentros públicos en restaurantes.
El último este domingo, en uno de los orientales más frecuentados por Vargas Llosa. Y esta vez saliendo de la casa del premio Nobel en Madrid - lo que refuerza los rumores de reconciliación en el exmatrimonio - y bastante molesta por haber sido pillada por las cámaras.

Las imágenes grabadas en exclusiva por Europa Press muestran a Patricia muy disgustada por la presencia de cámaras y reporteros, llegando a levantar su bolso en un gesto de cierto desafío para apartar la multitud agolpada a su alrededor. Dos de sus empleadas también intentan interponerse entre ella y los periodistas.

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