
Pellízcame… por si estoy soñando. Pellízquenme, lectores, porque pellizcar, y en la cara, se ha consagrado en la nueva moda. Esa segunda piel, en vez de maquillaje, es la moda de Tik Tok. Un pellizco en la cara hasta dejar marcas. Una forma de autolesionarse y autolavares la cara, y no sé si el cerebro. Claro que esto pasa en China. Pero también por aquí cerca. No sé, en su vecindario más cercano. O en el país más cercano. Si, Francia. A veces tan exquisitos y otras tan ambecil! Pronúnciese como nos lo dirían. O pellízquense. Lo primero que tengan a mano.
Cada vez tengo más claro que Tik Tok es una gran cantera de imbéciles. Lo demuestran los infinitos retos absurdos que cada semana nos saltan en los medios. Y la fauna que la puebla, necesitada de emociones porque apenas lee ni tiene tiempo de nada.
Razonamientos equivocados, como el que acostumbran los tiktokers de lo absurdo.
Ya sabemos que ser imbécil está de moda. Pero ¿tanto? Busquemos el pellizco de la primavera. De las tardes de sol infinito. De la cerveza fría. De esa primavera que pertenece a aquellos que creen en la belleza sus sueños. Madrid ya huele a abril. A Feria. Y eso es vida.