
La información sobre las deudas que todavía penden sobre Isabel Pantoja, cuya situación financiera se va tornando cada vez más complicada, no ha contribuido a acercar a sus hijos. Su decisión de cambiar sus últimas voluntades no ha hecho sino devolver a la actualidad la tensión que existe en la familia.
Ni Pantoja acudió a la boda de Isa Pantoja la semana pasada ni Kiko Rivera ha dado signos de interés en romper el clima de frialdad entre ambos, sobre todo desde que la tonadillera intentó visitarle al hospital tras su ictus hace exactamente un año.
Ahora, y tal como aseguró Pepe del Real en Vamos a Ver, se conoce una oferta económica que hubiera acabado de un plumazo con esos problemas, pero que teóricamente no pudo llevarse a cabo por este mal clima familiar.
"Antes de verano hubo una nueva oferta por Cantora y la persona que la hizo se puso en contacto con la familia, entiendo que con Kiko y Agustin. Kiko da largas, como siempre, ya esta harto. Dice que si su madre le quiere desheredar que le desherede, pero la venta no le interesa", explicó el colaborador de Telecinco.
La razón para esta inexplicable decisión es que Kiko "quiere renunciar a la herencia porque solo va a dejar un lastre". Es decir, su intención es no hacerse cargo de las deudas que parece que va a dejar su madre.
Entonces, ese comprador se one en contacto con la parte de Pantoja:"Se ponen en contacto con Agustin y están dispuestos a comprar la mitad, la parte que corresponde a Isabel que es un poco más que lo que tiene Kiko". Pero ojo: también "alguna propiedad más en riesgo que estarían dispuestos a hacer un pack".
Es decir, Pantoja podría haber matado dos pájaros de un tiro deshaciéndose de hasta dos propiedades con deudas, cosa que de momento no ha podido ser. La tonadillera, parece, sigue encerrada en la cárcel de oro en la que se ha convertido Cantora.


