El drama de Juan Ortega y su espantada el día de su boda con Carmen Otte sigue generando titulares. Hace unas semanas, el torero se convirtió en el personaje revelación de la prensa rosa tras dejar plantada en el altar a la que iba a ser su mujer, la cardióloga Carmen Otte. La pareja llevaba más de diez años de relación, vivían juntos y llevaban meses preparando con ilusión el día de su boda. Sin embargo, apenas una hora antes de comenzar la ceremonia, el diestro comunicó a la novia su decisión de no casarse, dejando a todos los invitados a las puertas del templo de Jerez de la Frontera.
Con el paso de los día comenzaron a salir a la luz las posibles razones de la huida: la más importante, la presión que la familia de ella habría ejercido en el torero para celebrar la boda. Al parecer, Juan Ortega sentía que se casaba para satisfacer a su familia política, concretamente a su suegro, y no por una decisión de pareja. Por este motivo, antes de la ceremonia expuso sus dudas al cura y amigo que iba a oficiar la misma y este le animó a cancelar el evento.
Con el paso de los días se han publicado nuevas informaciones sobre cómo está viviendo la ya expareja este momento tan complicado: hay quien dice que Carmen Otte ha llegado a perdonar a Juan Ortega y se estaría planteando una reconciliación y otros que afirman que no quiere saber nada del matador de toros.
Este medio puede confirmar que, al menos por el momento, la relación sigue rota. El torero y la cardióloga han tenido contacto pero no se ha puesto sobre la mesa retomar el noviazgo. De lo que sí han hablado es de las cuestiones relativas al piso que comparten en Sevilla y donde el torero se refugió tras su espantada, así como el dinero perdido, unos 90.000 euros, por la boda fallida.
No obstante, Juan Ortega mantiene que sigue enamorado de la que ha sido su pareja durante más de diez años y está dispuesto a reconquistarla, tal y como ha transmitido a algunos amigos en común con Carmen Otte. Tal y como desveló hace poco Ana Rosa Quintana en TardeAR hasta ahora Carmen se había negado a escuchar sus explicaciones sin embargo poco a poco ha ido cediendo y está dispuesta a escuchar.