
Felipe Juan Froilán, tal y como se dijo, pasa cada vez más tiempo en España. Un tanto harto de su trabajo en la Abu Dhabi Nacional Oil Company, y pese a llevarse a las mil maravillas con su abuelo, el joven pasa cada vez más tiempo en nuestro país, de donde se le "expatrió" para alejarle de polémicas y redirigir su vida laboral.
Tras pasar unos días en nuestro país, un equipo de Europa Press ha podido hablar en exclusiva con el nieto del Rey Juan Carlos, quien se ha mostrado más hablador que nunca al abordar diversos aspectos de su vida, desde su estado emocional hasta la relación con su abuelo y los rumores de un nuevo amor.
Cuando le preguntaron por su corazón, asegurando que había sido visto besándose con alguien en la puerta de una discoteca, Froilán respondió con humor: "¿Besar a alguien ahora también? ¡Bueno, bueno, bueno!". El joven desveló tener el corazón "tranquilo" y se sorprendió ante la idea de que se le haya visto con una chica, expresando con ironía: "¡Jo, que bien! Madre mía, cada vez que os veo tengo una nueva, ¿eh?".
Después de pasar unos días en España, el hijo de la Infanta Elena reveló que regresaría a Abu Dabi, donde reside actualmente, y compartió su felicidad viviendo con su abuelo, el Rey Juan Carlos. "Muy tranquilo. Muy feliz con mi abuelo y todo", afirmó.
Froilán compartió detalles sobre la celebración del cumpleaños de su abuelo en su residencia actual, destacando la felicidad del emérito en ese día especial: "Él estaba feliz, que era lo importante de todo, ¿no?".
Cuando se le cuestionó sobre si el Rey Juan Carlos planea regresar a España o mudarse a Madrid, Froilán respondió con incertidumbre: "No sé". El joven aristócrata también confesó que tras su visita express a la capital, su madre, la Infanta Elena, se encuentra bien de su lesión en el pie: "Muy bien, muy bien".
Y así ell nieto del emérito se despidió de España para regresar los Emiratos Árabes, donde asegura vivir una vida tranquila y feliz. Estas revelaciones evidencian la conexión especial entre Froilán y su abuelo, así como la curiosidad que genera su vida amorosa.