
A modo de tibia reacción al escándalo de su desaparición desde el 25 de diciembre, fecha de su operación intestinal, Kate Middleton ha reaparecido este fin de semana junto a su marido, el príncipe William, en una tienda agrícola de Adelaide Cottage, en Windsor.
Las dos recientes fotografías retocadas y retiradas que mostraban a una sonriente Kate Middleton no hicieron sino multiplicar los rumores de que, en medio de la crisis institucional por el cáncer del rey Carlos III, la Casa Real británica hacía más bien poco por comunicarse con los británicos.
Según el Daily Mail, Kate hizo acto de aparición tras haber visto a sus tres hijos practicando deporte en unos eventos acontecidos en las proximidades. Los mismos George, Charlotte y Louis, de 10, 8 y 5 años, con los que aparecía sonriente en una imagen de Instagram que poco después tuvo que reconocer que estaba retocada.
Según un testigo a The Sun, "atónito al verlos allí", Kate parecía feliz, saludable y relajada. Los niños, sin embargo, "no estaban con ellos", pero parecía "lo suficientemente sana como para ir de compras".
Una sutil reaparición en medio de la peor oleada de rumores recordada en años durante la cual Buckingham ha sido severamente criticado por su escasa transparencia.
Y es que ha habido otros sucesos han ayudado a alimentar los rumores y la polémica, como la muerte por suicidio de Thomas Kingston -esposo de lady Gabriella Windsor, prima segunda de Carlos III y la constante presencia en la prensa de Rose Hanbury, de quien se rumorea que Guillermo podría tener una relación extramarital.
A la desaparición de Kate, las vacaciones de la reina Camilla en plena polémica y otros detalles se suma otra baja laboral: la del mismísimo príncipe Guillermo, que también se apartará de sus tareas públicas durante las vacaciones escolares por Semana Santa de sus hijos.
Los príncipes de Gales, dos de los miembros más queridos de la realeza de este país, se han convertido en los últimos días en un foco de interrogantes tras una semana complicada para la institución.
Si bien el revuelo mediático ha decaído en el Reino Unido, el primogénito de Carlos III y su esposa son aún analizados por su manera de gestionar la difusión el pasado 10 de marzo -día de la Madre en este país- en su cuenta de X de una imagen de Catalina y sus tres hijos que después ella confesó que había retocado y por lo que se disculpó.


