La mala relación de Isabel Pantoja con sus hijos Isa Pantoja y Kiko Rivera no parece tener solución. Cuenta la revista Semana que la tonadillera ha decidido hacer unos cambios el testamento, algo que ya se venía rumoreando en los últimos meses, especialmente tras las últimas intervenciones de su hija en Telecinco, confirmando que no tiene intención de tener un acercamiento con su madre y desvelando algunos episodios oscuros que le ocurrieron durante su infancia entre los muros de Cantora.
Según la publicación, Pantoja ha decidido incluir el nombre de su albacea dentro del testamento y así dejar claro cómo quiere que se lleven a cabo sus últimas voluntades: deja por escrito que quiere ser incinerada y desea que sus cenizas sean colocadas tras el azulejo de la Virgen del Rocío que hay en el salón de su casa de El Rocío, Huelva. Asegura Semana que esta es la única propiedad que Pantoja pretende conservar, a pesar de haber recibido ofertas millonarias por ella, entre ellas de Sergio Ramos.
Por el contrario, pretende vender Cantora, información en la que se lleva insistiendo por parte de gran parte de los medios de comunicación desde hace años. Pero lo cierto es que, al menos por el momento, la finca sigue sin tener nuevo dueño. Además, se plantea vender sus pertenencias en Sevilla, entre ellas la casa en la que vivió su hermano Bernardo y donde, según las últimas informaciones, sigue viviendo su viuda pese a la petición de su cuñada de dejar la vivienda.
Respecto a su herencia, dice la revista que sus hijos son, obviamente, herederos de la legítima, aunque Agustín sería el gran beneficiado en el reparto. Por su parte, Juan, el otro hermano Pantoja, sería el gran perjudicado pues no recibiría nada después del enfrentamiento que tuvo con su hermana por el piso que ocupa en Sevilla y que también pertenece a la tonadillera.