
Rocío Martín Berrocal ha decidido abrirse al mundo y darse a conocer. Lo hará, sobre todo, en el docurreality Las Berrocal, en Movistar Plus, donde será la protagonista junto a su hermana Vicky Martín Berrocal, su madre Victoria Martín y su sobrina Alba Díaz.
Este miércoles la revista ¡Hola! dedica su portada a la familia para promocionar la serie, pero Rocío también se animó a participar en el podcast de su hermana, A solas con..., donde avanzaron algunos de los contenidos que veremos en un reality al más puro estilo Las Kardashian.
En la charla, Rocío reconoce que nunca se ha visto atraída por la fama y prefería mantenerse en la sombra apoyando a su mediática hermana, pero algo en ella cambió para animarse a dar el paso. "Llegué a tu tienda el primer día de grabación y yo me creía Penélope Cruz. No sentí miedo y hasta el propio equipo pensaba que había grabado más veces pero era el primer día que me ponía delante de una cámara", recuerda.
Para ella, fue su padre José Luís Martín Berrocal el que de alguna manera le dio fuerza para ponerse en el foco: "Tenemos una estatua de él en casa que nos regaló antes de morir y le tengo siempre presente. Él ha sido el que me ha empujado". Rocío confiesa que su padre le enseñó a ser libre y a no tener miedo.
Sin embargo, recuerda algunas "espinas y rosas" durante su infancia junto a sus padres. "La gente verá que hemos tenido una familia muy bonita pero el dinero da igual. De chica no lo pasé muy bien, tuve un trago pro mis padres. Mi madre era una enamorada de mi madre, que no digo nunca que nos abandonara porque ella siempre estaba ahí, pero papá era papá...", avanza sin querer entrar en detalles.
"Con 12 años estaba en Huelva ella se fue con papá y me llevaron a una finca en Linares donde conocí a los guardeses, con los que viví cuatro años y que son como mi familia. Gracias a ellos...", reconoce Rocío antes de ser interrumpida por Vicky para que no desvele el contenido del reality, que califica como "una de las partes más emotivas".
Rocío habla de "abandono" y confiesa haberse sentido "sola". "Tú vivías en Suiza, mamá estaba con papá, papá tenía un mundo, la madrina y el padrino estaban en Hueva... Pasé cuatro años en esa finca, me uní a los guardeses, que tenían cuatro hijos, y yo fui la quinta. Dormía con ellos, vivía con ellos y me dieron mucho calor y de todo", desveló. "Hubiera sido muy feliz en una casita con mi padre, mi madre, mi hermana... Volver del colegio y que estuvieran ellos. Ver cómo arañar para arriba para sobrevivir.
"He sentido ese abandono por parte de mi madre, no de mi padre, fíjate. Ella estaba enamorada hasta las trancas...", añadió. Las hermanas justifican a su madre porque era "una mujer enamorada y en ese momento le tocó vivir algo que no había podido vivir".