El nuevo secretario general del PSOE culminó ayer una semana de bolos televisivos con su presencia en el programa de Risto Mejide en Cuatro. Si en su llamada en directo al programa Sálvame prometió a Jorge Javier Vázquez una solución al maltrato de los toros en algunas fiestas locales (prohibirlas sin más), ayer explicó a Mejide cómo solventar la cuestión catalana, que es como el toro de Tordesillas solo que los lanceros son muchos más y en lugar de a un toro cosen a bayonetazos al presupuesto autonómico.
Estuvo bien Risto Mejide en esta primera entrevista de la nueva temporada de Viajando con Chester. En lugar de intentar epatar a la audiencia molestando al invitado de manera infantil y alternando la conversación con obviedades supuestamente profundas, el domingo Mejide hizo una gran entrevista a un personaje que, para bien o para mal, va a ser determinante en la política española de los próximos años. Risto preguntó a Sánchez por su presencia en la Asamblea de Cajamadrid cuando las preferentes y tal, por los escándalos de corrupción en el PSOE andaluz, por los indultos de ZP a algunos banqueros y también por la presencia de insignes políticos socialistas en los consejos de administración del IBEX 35. El líder socialista se zafó de manera aseada de estos arreones sin descomponer demasiado la figura, pero cuando la conversación llegó a la inevitable cuestión del referéndum ilegal de la Generalidad es cuando vimos lo que Pedro Sánchez puede dar de sí de llegar alguna vez a La Moncloa.
Como ya ha anunciado en repetidas ocasiones, Sánchez es partidario de reformar la Constitución. ¿Para qué? ¿En qué sentido? ¿Con qué objetivos? Eso no lo explica y ya ni siquiera recurre al mantra del federalismo para justificar una revisión constitucional sobre la que no tiene ni la menor idea. En cambio anoche el líder socialista fue más concreto y, acosado por la insistencia de Mejide, desveló que de lo que se trata es de que los catalanes puedan votar en solitario, pero eso sí, solamente un nuevo Estatuto de Cataluña y siempre y cuando antes todos los españoles hayamos aprobado una nueva Constitución sobre la que nadie tiene una idea clara. Y Sánchez, probablemente el que menos.
Zapatero anunció que aprobaría el Estatuto que saliera del muy chiflado parlamento de Cataluña con el resultado que todos estamos viendo. Anoche su sucesor explicó en televisión, en horario de máxima audiencia, que para arreglar el estropicio hay que hacer otro Estatuto de Autonomía más tras cambiar la Constitución de arriba abajo. Y todo esto lo supimos gracias a Risto Mejide, que anoche rindió un gran servicio público a los simpatizantes y votantes socialistas, por si queda alguno del PSC que todavía no se haya dado a la bebida o del PSOE en el resto de España que dude de que Sánchez es el nuevo ZP.