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¿Por qué comer insectos puede ser el futuro?

Tal vez los insectos serán la comida del futuro en todo el planeta. Llevan décadas comiéndose en algunos rincones. ¿Por qué se globalizará?

Tal vez los insectos serán la comida del futuro en todo el planeta. Llevan décadas comiéndose en algunos rincones. ¿Por qué se globalizará?
comida, interrogatorio intenso, proteína | Pixabay/CC/ChristophMeinersmann

En Europa hay ya tres tipos de insectos a la venta para su consumo y se estudia la posibilidad de incluir 10 más. El motivo de que este tipo de comida se venda es que se consideran una fuente de proteínas sostenible y son muy versátiles ya que pueden consumirse en forma de harinas, complementos para deportistas y enteros.

¿Por qué se está planteando a día de hoy la posibilidad de comer insectos? Porque, en vista de las previsiones de crecimiento poblacional en el mundo se estima que en 2050 haya 9.700 millones de personas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ante este escenario, se prevé que el gran peso demográfico presionará a los sistemas de producción alimentaria y al medioambiente en general.

Con el fin de no llegar a ese escenario catastrófico, la FAO ha sugerido alimentos para las generaciones futuras como la medusa, las algas marinas y los insectos, los cuales actualmente son consumidos en el mundo por más de dos millones de personas. ¿Por qué son buenos los insectos? Los insectos son ricos en proteínas, vitaminas y minerales y requieren menos recursos para criarlos en comparación con otros animales como vacas o cerdos. Además, su producción tiene un impacto ambiental menor que la producción de carne de origen animal. Sin embargo, aunque el consumo de insectos es común en algunas partes del mundo, en otros lugares aún es considerado poco común y puede ser visto con desconfianza.

¿Qué beneficios tienen para la salud los insectos? Este tipo de alimentos contienen potasio, vitamina A, algunos componentes de las vitaminas B y C y calcio. Cada insecto en concreto tiene su propio valor nutricional. Además, algo importante es que los insectos no tienen colesterol por lo que, si se comparan con la carne, esta última tiene proteína, hierro, pero también colesterol y los insectos no, asimismo, se ha descrito que los insectos son ricos en riboflavina, ácido pantoténico, biotina y tiamina.

Por otro lado, comer insectos podría ayudar a reducir el impacto ambiental que genera consumir carne. Con base en un estudio de la Universidad de Helsinki, reemplazar alimentos de origen animal por alimentos como la leche cultivada y los insectos podría rebajar potencialmente el calentamiento global y el uso del agua y de la tierra en más del 80%.

Producción sostenible de insectos comestibles

Desde el año 2013 la FAO inició una nueva industria para la producción sostenible de insectos comestibles, liderada por la Unión Europea (UE), en la que también participan países como México, Estados Unidos, Canadá, Australia y algunos países de América Latina.

El objetivo de esta industria es generar productos seguros para consumo humano y para la alimentación animal, basada en los principios de la economía circular y prácticas de agricultura vertical. Es importante destacar que el cultivo de insectos se encuentra entre los sistemas de producción de proteínas más eficientes.

Las granjas de insectos tienen una huella ambiental reducida y son altamente eficientes en el uso del agua y uso de la tierra. Los insectos son muy eficientes en la tasa de conversión de alimentos, lo que significa que requieren menos alimento para producir la misma cantidad de proteína. Más concretamente, por cada kilo de insecto, se requieren de 2 a 2,2 kilos de alimento, comparado con 2,5 kilos para pollos, 5 kilos para cerdos y 10 para res. Además, la porción comestible es del 80 al 100% del insecto, comparado con 40% que puede consumirse de la res.

¿Por qué los insectos comestibles son un alimento saludable?

  • Tienen un alto contenido en proteínas con los 9 aminoácidos esenciales, lo que los convierte en un gran complemento en dietas con consumo reducido de carne y lácteos.
  • Contienen importantes cantidades de minerales, ácidos grasos como omegas 3 y 6, prebióticos y vitamina.
  • Son mucho más que una alternativa a la carne.

Los insectos comestibles pueden ser deshidratados y procesados en forma de harinas para su aprovechamiento en la industria alimentaria. Gracias a sus características, se pueden incorporar a diversos productos de consumo cotidiano como pan, pastas, barras energéticas, botanas, bebidas, postres, entre otros, mejorando sus características nutricionales y contenido proteico.

Pueden ser el eslabón que cierra el ciclo de la producción de alimentos, dejando atrás la producción lineal. Además, en la producción de insectos, los residuos se recolectan y aprovechan como abono que mejora el rendimiento de las cosechas y la fertilidad del suelo. Eso permite dejar atrás las malas prácticas de uso excesivo de fertilizantes químicos e impulsar la agricultura más orgánica y la regeneración del suelo. Además del abono, otros subproductos de los insectos como la quitina, también se utilizan en otras industrias, por lo que no hay desperdicio.

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