Solidere es un restaurante libanés ubicado en el número 13 de la calle Libertad, en pleno barrio de Chueca, y que promete llevarte de viaje a la capital libanesa a través de su cocina llena de tradición con mezcla de vanguardia pero llena de sabores y aromas característicos de Oriente Próximo.
Con una carta sencilla pero que recorre la gastronomía típica árabe en la que puedes disfrutar de deliciosos entrantes, platos principales y los postres en los que predomina el pistacho. Todo bajo una decoración con detalles en blanco y dorado, ladrillo vista y tal vez con exceso de luz, un poco menos le daría un ambiente mucho más íntimo y acogedor, sin ser un gran inconveniente.
Tienes la opción de elegir a la carta o probar el menú degustación, mínimo para dos personas y que consta de los seis entrantes y dos platos principales a elegir. Entre esos entrantes te encuentras el muy buen hommos (8,50€), la típica crema de garbanzos con salsa de sésamo, un toque de limón y aderezada con Aceite de Oliva Virgen Extra. También destaca la muhammara (9,50€), una rica crema de pimientos rojos , nueces, jugo de granada y tomate aderezado también con AOVE. También muy típico del Líbano es el muttabal (9,50€), una deliciosa crema de berenjenas ahumadas con yogur cremoso natural, un toque de salsa de sésamo y cubierta de granada.
Más ligero es el fattush (8,50€), una ensalada a base de lechuga con tomate, pimientos, rábanos, cebolla, hierbabuena y crujiente de pan de pita aderezado con una especie conocida como sumac. Además, incluye el labne (8,50€), una crema de yogur natural del chef con hierbabuena fresca aderezado con Aceite de Oliva Virgen Extra.
Beirut en Madrid
El artífice del éxito de Solidere, cuyo primer restaurante abrió hace 10 años en la zona de Chamartín, es Basem Alawartany, un enamorado de Madrid que, como nos reconoce se siente madrileño. De hecho su mujer e hijos son de la capital de España. Tanto es así que ya está buscando un nuevo local por la misma zona o por Arturo Soria para ampliar la oferta. Como nos cuenta, ha estudiado empresariales en Madrid, ha sido empresario de la noche y conoce bien a su público. Por eso, "me siento más capaz que otros", asegura sin parecer presuntuoso.
Por sus locales pasan reuniones familiares, de amigos, pero también de trabajo y hasta de políticos. Presume, sin despeinarse, que ha sentado en sus mesas a políticos de izquierdas y derechas. También puedes ver, porque de momento carece de reservados, a personalidades de todo tipo.
Tanto el restaurante de Chamartín como el de Chueca comparten la misma carta de recetas que parten de las mejores materias primas y que te adentran en una cocina no muy vista en España pero que cada vez cuenta con más incondicionales. De ahí el salto que ha dado Basem con esta segunda apertura y la idea de una tercera. "Yo soy muy arriesgado", nos confiesa.
Y entre charla y charla, sigues disfrutando con los entrantes, como el afamado falafel (9€), las croquetas caseras vegetales a base de garbanzos y perejil acompañadas con salsa tahine o el sambusak bil-jibne (9€), que son triángulos de hojaldre rellenos de queso y hierbabuena. Y también el kibbe (11€), unas croquetas elaboradas con una masa de sémola de trigo y rellenas de carne picada y piñones. Además del warak enaf (8,50€), unos bocados compuestos por hojas de parra rellenas de arroz con un toque de tomate, perejil, hierbabuena y cebolla.
Ternera, cordero o pollo
El menú degustación, como os decía antes, sigue con dos entrantes a elegir con ternera, pollo y cordero como ingredientes principales, además de un plato de merluza. Así que nos decantamos por un uzzi de cordero con hojaldre (17€), un buen plato a base de una masa de hojaldre horneada, rellena de arroz, cordero, almendras y pasas y acompañado de salsa de yogur y un toque de hierbabuena. También rico el faruj meshwi (14€), pollo deshuesado marinado en la salsa del chef y asado al carbón.
Como invitación de la casa te ofrecen un té moruno que acompaña a la perfección con los postres que probamos de atayef de queso (6€), unas tortitas libanesas rellenas de queso y pistacho, pasadas por almíbar y agua de azahar; y othmalieh (6€), una masa de fideos horneados con crema de leche libanesa.
Todo ello, acompañado de una bodega en la que puedes encontrar desde vino libanés como el Cuvée de Printemps de Chateau Kasara que probamos, hasta cervezas sin gluten y también libanesas como la Almaza.
Solidere es ya un referente de la cocina libanesa en Madrid, cuenta con carta para celíacos, catering para eventos especiales, menú infantil o el menú degustación del que os he hablado por 27,50€ por persona y mínimo para dos. Además, el ticket medio es de 30€, así que es una opción muy asequible para disfrutar de la gastronomía libanesa desde la capital madrileña.
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