Enclavado en la hermosa provincia de Zamora, a unos 33 kilómetros de la capital de provincia, se encuentra el encantador y centenario pueblo de Toro. "La muy noble, muy leal y muy antigua ciudad" tal y como se la ha denominado, con su rica historia, arquitectura y vinos de renombre (y denominación propia), esta joya del pasado más glorioso de Castilla cautiva a los visitantes con su autenticidad y encanto. Nada más pisar sus callejuelas el viajero viaja al pasado a través de las calles empedradas de esta pintoresca ciudad.
Pero, ¿cómo es posible que una localidad tan pequeña posea tanto patrimonio y riqueza histórica en tan poco espacio? Un legado que ha permanecido a través de los siglos para ser descubierta ahora por los visitantes que se atrevan a hincarle el diente a su impresionante historia.
Son muchos los momentos históricos que marcaron la el transcurrir de los siglos de la localidad, pero cabe destacar la batalla de Toro, contienda bélica sucedida el 1 de marzo de 1476 entre los Reyes Católicos y Alfonso V de Portugal, decisiva en la sucesión al trono de Castilla y en la configuración de España ya que contribuyó decisivamente a la unión de los entonces reinos de Castilla y Aragón. Pocos años después, Toro fue el lugar de reunión escogido para la celebración de las Cortes en el año 1505, tras la muerte de Isabel la Católica y en ellas se proclamó reina a Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos.
El punto de partida perfecto para explorar Toro es su emblemática Plaza Mayor. Rodeada de elegantes edificios que parecen anclados en el pasado con su arquitectura típica castellana, esta plaza histórica es el corazón de la ciudad. Aquí se puede disfrutar de la atmósfera relajada y contemplar los detalles de su patrimonio mientras se disfruta de un buen vino o su gastronomía típica en uno de los restaurantes al aire libre de su calle principal, tras pasar por la Torre del reloj y la puerta del Mercado.
Durante el paseo por Toro no se puede dejar de visitar la impresionante Colegiata de Santa María la Mayor, un magnífico ejemplo de arquitectura gótica. Esta majestuosa iglesia data del siglo XII y alberga numerosas obras de arte y tesoros en su interior. Tras un primer vistazo por su amplio interior, impregnado de una atmósfera espiritual, subir a su campanario es muy recomendable, no sin antes subir por su escalera de caracol que tendrá su recompensa al llegar a lo más alto y disfrutar de una vista privilegiada del pueblo. Sin duda el mayor tesoro histórico y artístico de la zona es el Pórtico de la Majestad, de estilo gótico, que conserva su policromía original, cuya limpieza y restauración requirió 14 años.
Otro lugar de interés destacado en Toro es el Monasterio de Sancti Spiritus, fundado en el siglo XIII. Este monasterio de estilo gótico mudéjar es un testimonio de la historia religiosa de la ciudad y alberga un museo que exhibe piezas de arte sacro y artefactos históricos. Explorar sus hermosos claustros es como sumergirse en la serenidad de un lugar sagrado.
Museo del vino y museo del queso
Toro es conocida por sus excelentes vinos, especialmente por sus tintos robustos y de alta calidad. Para descubrir los secretos de la viticultura local, es posible y casi necesario visitar el Museo del Vino, ubicado en una antigua bodega restaurada junto a la Plaza Mayor. Aprender sobre la tradición vinícola de la región explorando las diferentes salas temáticas y, por supuesto, probando algunos de los vinos más destacados de Toro, es un plan que debe estar en el itinerario del visitante que quiera empaparse de verdad del enoturismo toresano.
El queso también tiene un papel destacado en la gastronomía de Toro siendo el museo del queso Chillón donde conocer los procesos de la elaboración del queso, centrados originalmente, en los tres estados principales del producto: desde que "es" leche, pasando por la transformación posterior en cuajada y la elaboración natural del queso.
Para los amantes del enoturismo, no hay mejor manera de experimentar la región que seguir alguno de los itinerarios de la Ruta del Vino de Toro recorriendo sus viñedos pintorescos, visitando bodegas centenarias o conociendo a alguno de los apasionados viticultores locales que producen estos vinos excepcionales a las orillas del río Duero. También es posible visitar en el casco histórico de catas, maridajes para descubrir la riqueza de sabores que ofrece esta región vinícola única.
Otros puntos de interés del pueblo zamorano:
Miradores
Desde la ciudad y en el paseo del Espolón la vista de la vega toresana es una maravilla. En días soleados es posible divisar hasta pueblos lejanos a más de 20 kilómetros de distancia sobre los campos de cereales mezclados con viñedos. Desde el paseo que deja ver el Duero a espaldas de la Colegiata, una vista en lontananza da al visitante una oportunidad de relajarse y adaptarse al ritmo de la vida rural.
Monasterios
La ciudad de Toro cuenta con varios monasterios que pueden ser visitados situados a lo largo y ancho de la ciudad, una rica historia y patrimonio, monasterios de clausura de monjes y monjas que llenan de religiosidad y espiritualidad una ciudad milenaria.
Palacios
Otro de los placeres de la ciudad de Toro es la visita a sus palacios. Aunque con estructuras similares en su factura, todos ellos tienen un encanto especial que rememora épocas pasadas de condes, duques y reyes.
Plaza de Toros
Construida en el año 1828, es una de las plazas más antiguas de España. Los elementos constructivos son el tapial, ladrillo de tejar y sobre todo predomina la madera. De estética sencilla con los tendidos y los balconcillos cubiertos, recuerdan los patios castellanos de comedias. Su albero lo han pisado las figuras y ganaderías más relevantes del toreo. Es curioso conocer el teatro Latorre, pegado al mismo edificio de la emblemática plaza de toros.
El Alcázar
Símbolo de la importancia estratégico-militar de Toro en el Medievo. Formó parte del primer recinto amurallado y su configuración actual corresponde con la época de la reina María de Molina, "Señora de Toro.
Además del amplio despliegue patrimonial e histórico de Toro, la localidad zamorana celebra anualmente la Noche Blanca del Patrimonio Toresano, una velada en la que casi todos los monumentos de Toro se abren al público (algunos solo esa noche) para celebrar, de forma gratuita, decenas de conciertos, desde las 20:00 h. hasta las 5:00 h. uniendo cultura patrimonial, arte sacro, música y tradición.