
El mercurio es un elemento que está presente de forma natural en el aire, el agua o el suelo, y puede existir en varias formas. De esta manera, el conocido como metilmercurio (orgánico) es el que ingresa en el organismo humano a través de la alimentación. Es importante conocer que el consumo de pescado y marisco contaminado es la vía principal de exposición y, por ello, se recomienda conocer cuáles son las especies que pueden contener una mayor cantidad de metilmercurio y así evitar riesgos para la salud.
El mercurio que contamina el agua va a parar al pescado y marisco que después las personas comen en su alimentación diaria. De hecho, un análisis de OCU confirma los resultados ya conocidos: los pescados grandes y predadores, como el pez espada y el atún rojo, acumulan más mercurio que los más pequeños. Para prevenir riesgos, lo ideal es variar el tipo de pescado en los menús y dejar las especies más contaminadas solo para de vez en cuando.
Es importante tener en cuenta que aunque los pescados y mariscos son una excelente fuente de nutrientes esenciales como proteínas, ácidos grasos omega-3 y minerales, algunos de ellos pueden contener niveles más altos de mercurio. Sin embargo, el pescado es imprescindible para una alimentación equilibrada, ya que una dieta que contenga pescados y mariscos contribuirá a mantener una buena salud cardiovascular. Además, es básico para el desarrollo embrionario y el buen crecimiento de los niños. El pescado aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas A, D y B12, yodo y selenio.
¿Cuánto pescado se puede consumir a la semana?
El consumo de pescado va variando en función del grupo poblacional, aquellos de más riesgo como los bebés o las mujeres embarazadas no deben consumir aquellas especies que contengan mayor nivel de mercurio. Sin embargo, aquellos con valores más bajos pueden consumir entre tres y cuatro raciones a la semana.
Los niños de 10 a 14 años deben limitar aquellos con más mercurio a unos 120gr al mes y el resto tres o cuatro raciones a la semana. Por lo demás, el resto de la población puede comer cualquier tipo de pescado unas tres o cuatro veces por semana.
Más concretamente, los adultos sanos no deberían abusar de los peces predadores, como el atún rojo, el pez espada, el emperador o algunos tiburones como la tintorera o el marrajo, que pueden contener altos niveles del peligroso metilmercurio. Es importante alternar esos pescados con otros menos contaminados: dorada, sardinas, lenguado, trucha, salmón... Por su parte, a población más sensible, los niños y las mujeres que deseen quedarse embarazadas, ya lo estén o se encuentren en periodo de lactancia no deberían comer pescados grandes, como el pez espada, las distintas especies de tiburón o el atún rojo.
En general, conviene escoger preferiblemente pescados menos proclives a la contaminación con mercurio, especialmente peces de talla pequeña, no predadores. Los peces grandes que se comen a los pequeños y que viven más años son los que acumulan más cantidad de mercurio.
¿Cuáles son los pescados con mayor contenido de mercurio?
- Pez espada
- Atún rojo
- Pez mero
- Pez tiburón
- La caballa
- El bagre
- La tilapia
- La anguila
- El pangasius
- La lubina
- El lucio