Como suele suceder muchas veces con otras cuestiones, las tendencias y modas que suelen tener una fuerte influencia en Estados Unidos, tienen eco en el resto del mundo y más en el continente europeo. Por ese motivo, en los últimos años ha tenido una enorme repercusión en España un modelo de cocina que rompe drásticamente con la cocina tradicional separada del resto de estancias de la casa. Este nuevo tipo de cocinas (llamadas americanas) se fusionan con el comedor, el salón o living, y han empezado a instaurarse en las casas españolas.
No es de extrañar que todas las casas modernas que se están construyendo en la actualidad tengan unida la cocina con el salón, porque esta opción que hace unos años se veía rara y confusa, ahora mismo es un diseño habitual en España. Pero ya no hace falta que sea en nuevos edificios, las personas que deciden arreglarse la cocina están tomando está decisión para convertir parte del hogar en un solo espacio.
Las llamadas cocinas americanas han conseguido tener una posición privilegiada y ya han empezado a verse como espacios más cómodos y prácticos en los que se puede realizar diferentes funciones. Por ejemplo, ante cualquier reunión o festividad que tiene lugar en el salón, las personas que de normal se encontraban en la cocina preparando comida se aislaban del entorno, y se perdían gran parte de los sucesos acontecidos. Ahora eso no pasa debido a que la persona puede estar en la cocina, y a su vez junto al resto de personas que se encuentran en la casa.
Otra funcionalidad tiene que ver con el espacio y la forma de las cocinas americanas. El hecho de que tenga forma de U, facilita que los muebles y electrodomésticos estén pegados a la pared, por lo que deja más espacio libre para poder moverse o cocinar. Esto supone que la cocina, en general, ocupe menos espacio que las tradicionales. Este valor ha propiciado que en apartamentos y casas pequeñas, se instalen directamente las cocinas americanas.
También está la cuestión de la luz, porque al ser un espacio muy abierto es más factible que entre la luz natural de las ventanas del comedor o salón, lo que permite usar menos luz artificial y ahorrar dinero en electricidad.
Luego se encuentra la posibilidad de decorar tanto la cocina como el resto de la estancia de la misma manera, combinando colores y formas que consigan un ambiente capaz de transmitir el look o estilo identificativo del dueño de la casa.
Aunque no todo siempre es positivo, ya que los inconvenientes que se pueden encontrar en las cocinas americanas se orientan más hacia los humos y los ruidos. Los humos porque el hecho de cocinar en una cocina abierta supone que se extiendan los olores por el resto de la estancia, lo que genera una molestia para las personas que se encuentran en ella. Se pueden abrir las ventanas, pero la ventilación total suele llevar un tiempo extenso.
En cuanto al ruido, también va muy ligado a los olores, pues si abrir las ventanas no es suficiente para airear la estancia, solemos encender la campana de la cocina. Esta emite un fuerte ruido que de forma muy prolongada dificulta las otras actividades que estén realizando los otros integrantes de la casa.
Teniendo en cuenta sus virtudes y defectos, nadie puede negar la expansión nacional e internacional que han conseguido las cocinas americanas, las cuales se han convertido en un símbolo del modernismo y fractura de las casas tradicionales.