El tiempo ni se crea ni se destruye, en todo caso se transforma. En un mundo que no perdona, en el que las tendencias van y vienen sin el menor orden, el mejor amigo del Hombre es el cronógrafo. La moda y los complementos cambian constantemente mientras crecen en importancia, pero tiene que haber algo que permanezca inalterable, ajena a los vaivenes de la actualidad.
Un robusto Daytona como el de Paul Newman, un aventurero Submariner, el elegante GMT Master... Rolex es todo un sinónimo de la tecnología suizas, pero además de eso, un símbolo cultural, histórico y económico de ese país. Por no hablar de la autoridad que confieren en la muñeca de su dueño. Un reloj no es un mero objeto, es un símbolo, cuya practicidad y significado no va en detrimento de su valor como artículo de lujo. De esos que, ya saben, no se devalúan nunca.
Y en medio de todo esto, emerge la verdad: un buen reloj es para toda la vida. Tanto es así, que el mercado de segunda mano compensa. Chrono 24 se presenta así como una web especializada capaz de satisfacer una demanda creciente, la de relojes de lujo de segunda mano, con ofertas de lo más golosas que no devalúan el producto. Las modas cambian, pero todas ellas aprecian un buen reloj.
La web, clara y concisa, ofrece información de cada joya, incluyendo subastas en línea de relojes de marcas de renombre. Una imagen vale más que mil palabras, y en Chrono24 éstas acompañan cada uno de ellos para que no haya posibilidad de error. Y ojo, también sirve el proceso contrario: aquí es posible vender el reloj y, en caso contrario, si no es posible se devuelve el dinero. El índice de éxito es del 90%.
Según los datos manejados por Chrono24, que abarca ocho millones de usuarios y 1.600 vendedores comerciales de relojes de marca de todo el mundo, el universo temporal del reloj vintage y de lujo camina de la mano al mundo financiero. De cara al cliente y el vendedor, es un mercado de buscar, encontrar y comprar, pero también un microcosmos que refleja los movimientos del mercado.
Y como la bolsa, su valor está indisolublemente atado a una serie de procesos que matizan su valor como pura inversión. No estamos, pues, ante un objeto de coleccionista, sino ante un verdadero mercado por descubrir, que ofrece oportunidades a compradores, pero también a vendedores privados y comerciales. Una prueba más de la notoriedad y valor añadido que otorga un buen reloj suizo, capaz de resistir también al paso del tiempo sino también a las modas y tendencias.