La XXX edición de la gala de los Goya ha pasado, y una de las parejas que mejor sabor de boca han dejado ha sido, precisamente, una que no pertenece al mundo del cine.
Mario Vargas Llosa, encargado de presentar el premio al Mejor Guión Original, hizo acto de aparición con su pareja, la reina de corazones Isabel Preysler, y ambos se confesaron encantados de dejarse caer por la fiesta del cine español.
De la mano y muy compenetrados, los dos siguieron desde la platea todo lo acontecido en la gala. La cosa sólo se complicó cuando la escritora Elvira Lindo, que copresentaba el premio junto al Premio Nobel peruano, hizo referencia a la presencia de Preysler en la gala, aunque fuera para darle la bienvenida de una manera bienhumorada.
Preysler, de todas formas, iba radiante. Con un lujoso vestido de Naeem Khan, en negro y plateado, la reina de corazones realzaba su espectacular figura. Las joyas de Rabat acababan de rematar el conjunto. El propio Vargas Llosa no se quedó atrás con un elegante esmoquin.
Ambos se mostraron de lo más cariñosos el uno con el otro, cogidos de la mano y sin separarse en ningún momento.