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¿Dormir con o sin aire acondicionado en verano?

Las olas de calor traen consigo noches de altas temperaturas en las que es difícil dormir. El aire acondicionado es el compañero en esas noches.

Las olas de calor traen consigo noches de altas temperaturas en las que es difícil dormir. El aire acondicionado es el compañero en esas noches.
acondicionador de aire, c a, genial | Pixabay/CC/Mustafa_Fahd

El verano, por lo general, es la época en la que peor se duerme debido a las altas temperaturas que se registran por las noches. Por ello, muchas personas optan por dormir junto a un ventilador o con el aire acondicionado encendido, sin embargo, esto puede tener efectos perjudiciales. ¿Es bueno dormir con el aire acondicionado puesto? La respuesta es que depende, ya que mal utilizado este recurrente aparato sí puede causarte problemas de salud, tal y como advierten médicos y expertos. Además, tu factura eléctrica puede darte un buen disgusto.

Las temperaturas muy elevadas dificultan el descanso, y cuando hay calor sofocante, especialmente en aquellas noches veraniegas en las que el mercurio rebasa los 25 grados, la tentación de recurrir al aire acondicionado es grande. Aunque no es malo per se, sí existen algunos motivos para no usarlo de noche o para moderar su empleo.

Con el aire acondicionado ocurre lo mismo que con la gran mayoría de las cosas: todo en exceso es malo. Al dormir, la temperatura del cuerpo desciende, de hecho es en torno a las 5 de la mañana cuando dicha temperatura se encuentra más baja. Por ello, al condicionar la habitación por la noche, hay que intentar no ser muy drásticos con la temperatura. Básicamente, debemos intentar mantenerla aproximadamente en unos 24, 25 o 26 ºC, en función de las condiciones exteriores.

Muchos equipos de climatización cuentan con modos Sleep, una función concebida precisamente para la noche. Estos modos ajustan diversos parámetros, como ir subiendo la temperatura progresivamente, apagarse transcurridas una serie o cambiar la velocidad del ventilador.

Además, los cambios bruscos de temperatura son malos en términos generales ya sea durante el día o la noche. Sea con el aire acondicionado o sea por cualquier otro motivo. De hecho, dormir con el aire acondicionado encendido puede ser beneficioso.

¿Por qué puede ser beneficioso dormir con el aire encendido?

Se estima que aproximadamente a partir de los 27 grados la calidad del sueño puede resentirse. Esto trae consigo una serie de desventajas tales como la irritabilidad, la ansiedad, el cansancio, el malestar, etc. Por ello, mantener una temperatura saludable y racional en los días en los que calor aprieta más puede ayudarnos a conciliar mejor el sueño y disfrutar de una sensación de confort durante la noche.

¿Y qué pasa con la calidad del aire? Al contrario de lo que muchos creen, la calidad del aire no se empeora si tenemos encendido el aire acondicionado durante la noche. Llevando a cabo el mantenimiento básico habitual del equipo, la calidad del aire no se resiente. Cambia el filtro cada cierto tiempo siguiendo las recomendaciones de tu fabricante. Unos filtros limpios equivalen a un aire más limpio.

Además, un estudio llevado a cabo en Estados Unidos por el National Institutes of Health puso de relevancia otro curioso beneficio. Tras estudiar el sueño de una serie de casos, los investigadores se percataron de que al dormir con una temperatura inferior manteniendo siempre unos mínimos de confort, es decir, cuando dormían con el aire acondicionado activado, los participantes incrementaban ligeramente su porcentaje de la conocida como ‘grasa marrón’.

Este tejido adiposo, que se encuentra en una proporción muy pequeña en el cuerpo humano adulto, posee múltiples beneficios ya que ayuda a eliminar el azúcar en sangre, a quemar calorías, amén de otras virtudes a largo plazo.

Sin embargo, el hecho de dormir con el aire acondicionado encendido durante toda la noche también puede traer una serie de consecuencias negativas.

  • Deshidratación

Los sistemas de aire acondicionado secan el aire, algo idóneo en lugares en los que el índice de humedad es muy elevado, pero que en lugares secos de por sí exige tener cuidado y no descuidar el consumo de agua. La deshidratación puede causar una variedad de problemas como dolores de cabeza, cansancio, labios secos, piel seca y sensación de mareo.

  • Piel seca o con picazón

Especialmente si tienes la piel sensible, el exceso de aire acondicionado, sobre todo a potencia elevada, puede resecar tu piel. Es importante ventilar, reemplazar el aire, revisar los filtros y echarte crema hidratante a diario.

  • Dolores de cabeza

Como el ambiente tiende a ser seco con el exceso de aire acondicionado, si duermes con esta máquina encendida tienes más papeletas de deshidratarte. Cuando los líquidos de tu cuerpo están por debajo de los niveles óptimos, el cerebro puede contraerse o encogerse temporalmente como consecuencia, desencadenando una respuesta de dolor en la membrana que rodea al cerebro.

El dolor de cabeza se trata de uno de los efectos secundarios más comunes del aire acondicionado. Si debido al calor no abres la ventana para ventilar, la pésima calidad del aire también puede ser un desencadenante de migrañas.

  • Problemas respiratorios y catarros

Las personas que pasan una cantidad sustancial de su tiempo en espacios con aire acondicionado tienden a experimentar más síntomas de las vías respiratorias superiores, especialmente en la nariz y la garganta.

Durmiendo con aire acondicionado puedes sufrir a la mañana siguiente obstrucciones nasales, garganta seca o rinitis, ya que la mucosa dentro de la nariz se irrita e inflama. Los síntomas de la rinitis pueden incluir estornudos, secreción nasal y acumulación excesiva de mucosidad en la parte posterior de la nariz y la garganta. La faringitis es otro de los efectos secundarios de pasar la noche con aire acondicionado en verano, ya que la membrana de la garganta es otra de las zonas que puede irritarse.

Soluciones alternativas

Si no tienes aire acondicionado en casa, puedes recurrir a trucos como tener las persianas cerradas hasta que sea de noche, usar un pulverizador de agua, cenar ligero y no consumir alcohol, no utilizar electrodomésticos como el horno durante el día, darte una ducha antes de dormir, poner un bol con hielos delante del ventilador o usar ropa fresca, tanto de cama como tus propias prendas.

Existen soluciones todavía más peculiares, desde el método egipcio, consistente en enfriar las sábanas humedeciéndolas con agua fría y escurriéndolas, poner en práctica técnicas respiratorias de yoga para enfriar el cuerpo o enfriar las ensaladas en la nevera para la hora de cenar.

Y si prefieres dormir con el aire acondicionado encendido, utiliza el modo noche, revisa periódicamente el mantenimiento, apágalo justo antes de quedarte dormido, no lo instales encima de la cama, no te pases con el frío y mantén la vivienda en penumbra.

Otras posibilidades son programar el apagado automático a una hora determinada o invertir en un aparato de aire acondicionado de mayor calidad. Evita los cambios súbitos de temperatura, ajústalo a una temperatura razonable y evita la sequedad con agua, crema hidratante y lágrima para los ojos.

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