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Humedad y temperatura ¿afecta a la sensación térmica?

Salir de la ciudad camino de la playa y que al llegar la bofetada de humedad nos de una sensación térmica mucho mayor. En LD explicamos por qué sucede

Salir de la ciudad camino de la playa y que al llegar la bofetada de humedad nos de una sensación térmica mucho mayor. En LD explicamos por qué sucede
playa, corriendo, viejo | Pixabay/CC/qimono

Disfrutar de un agradable día de playa depende no solo de del estado del cielo, también de muchas variables que deberíamos consultar antes de salir de casa. Todo tiene un motivo y es que si nos encontramos en la playa estamos más expuestos a las condiciones meteorológicas, tanto si estamos en la arena como dentro del agua, que si estuviéramos entre edificios.

Lo que es evidente en cuanto se pone un pie en la playa es que el mar tiene un efecto regulador sobre el clima en las zonas costeras. La causa es que el mar absorbe el calor y lo libera muy lentamente. En las zonas costeras, las rocas también absorben calor y lo liberan muy rápidamente. Además, hay que tener en cuenta que las zonas costeras son más húmedas que el interior y esto influye en la sensación de calor, que no significa mayor temperatura. A esto hay que sumarle la mayor altitud de zonas del interior, que hace que las temperaturas sean más frías.

Relación entre la humedad y el calor

La humedad se define como el agua en forma de vapor que satura el aire ambiental. Este vapor se origina por la evaporación de agua que tiene lugar en las masas de agua o la que proviene de los seres vivos.

Ahora bien, ¿por qué hace calor en la playa? Dado su mayor cercanía al mar, las zonas costeras presentan una mayor humedad que aquellas zonas que están en el interior. Esto influye en la sensación térmica, pero no en la temperatura como tal, por ejemplo en sentir más calor en las zonas costeras y un frío más penetrante en el interior.

La razón es que el cuerpo humano pierde calor con la liberación de sudor a elevada temperatura, que se evapora para extraer calor. Cuando hay más vapor de agua en el ambiente, la capacidad del agua de nuestro sudor para evaporarse baja y el sudor no cumple la función de extracción de calor. Por eso, con la humedad y aunque sudemos igualmente, nuestro cuerpo pierde parte de la capacidad de enfriarse y nuestra sensación térmica es mayor.

Altitud y calor

Como norma general, a mayor altitud, menor temperatura, de hecho, se calcula que la temperatura disminuye uno 0,65º C por cada 100 metros de elevación. Las zonas costeras suelen estar menos elevadas que las zonas del interior (el nivel del mar es la altitud 0) y la temperatura en la costa temperatura puede ser mayor.

La razón de esto es que la superficie de la tierra absorbe el calor de la radiación solar y la libera a la capa más cercana a la superficie. Así, cuanto más lejos esté una capa de aire de la superficie, más fría estará. La excepción a esto, son los fenómenos de inversión térmica.

Por qué en la playa hace más calor que en el interior

En las proximidades costeras, el agua de mar absorbe calor de las radiaciones y lo libera muy lentamente, mientras que las rocas también absorben calor y la liberan más rápidamente. Así, se crea una diferencia de temperatura entre zonas de tierra y zonas de agua. Este factor produce los vientos locales llamados brisas marinas.

En el día, la tierra está más cálida, de manera que el aire existente sobre ella se eleva y deja paso a aire más fresco que sopla desde el mar, mientras que durante la noche se da el proceso contrario, es decir, el mar está más caliente y el aire en él se eleva, para dejar paso al aire más frío que sopla de la tierra.

Sin embargo, la influencia marina no se reduce solo a la creación de las brisas marinas, sino que durante todo el año sirven como reguladores de la temperatura local. Por ejemplo:

  • En las épocas en las que se alcanzan mayores temperaturas: como primavera y verano, el mar absorbe grandes cantidades de energía en forma de calor y junto con los mayores niveles de evaporación, la temperatura del aire es menor. Como consecuencia, las temperaturas medias en los territorios más próximos al mar son menores que en el interior, durante las épocas de más calor.
  • Por el contrario, en las épocas de menores temperaturas: el calor que ha absorbido el agua de mar, se desprende progresivamente, templando la temperatura del aire. Además, en este periodo, el fenómeno de la evaporación y condensación de las masas de agua hace que la humedad relativa en las zonas costeras sea mayor que en el interior del continente. La influencia marina puede alcanzar varios kilómetros tierra adentro, debido al movimiento de masas de aire. Es por esto que en las épocas más frías, en las zonas costeras no se percibe tanto frío como en el interior.

Todo esto es información útil que nos explica cada verano por qué sentimos más calor en la playa aunque la temperatura sea similar al interior. Sin embargo, a la hora de bajar a darnos un baño o pasar largas jornadas playeras es importante tener en cuenta algunos factores. El viento por ejemplo es un factor muy a tener en cuenta, ya que si sopla con fuerza puede hacer que la sensación térmica sea bastante inferior a la temperatura real. Además, si cambia a lo largo del día puede modificar las condiciones y, por tanto pasar de un día soleado a uno nuboso o viceversa. También es uno de los factores que determina el tamaño de las olas, con lo que si las buscamos de una determinada manera no está de más mirar su previsión. Pero qué más debemos mirar antes de un día de playa:

  • Valorar la previsión en conjunto y tener en cuenta todas las variables. La sensación térmica depende de la propia temperatura, el viento y la humedad, entre otros muchos. Al final, es más importante la sensación térmica que la temperatura real. Si el cielo está más tapado y sopla el viento, nuestra sensación térmica será algo más baja, sentiremos que hace más fresco que si el viento está en calma y nos da el sol de lleno calentando nuestra piel.
  • Consultar el nivel de la radiación ultravioleta, sobre todo en verano, momento en el que suele ser más elevado.
  • Si vas a pasar todo el día en la playa, ten en cuenta los cambios que puede ir teniendo la situación con el paso de las horas, algo que sobre todo dependerá de si rola el viento.
  • Ten en cuenta que la brisa marina sopla sobre todo por las tardes, aunque, hacia el final del verano su fuerza comienza a disminuir.
  • El oleaje puede ser apropiado para practicar ciertos deportes, pero incómodo para navegar o para bañarse, incluso pudiendo resultar peligroso.
  • Si va a llover es importante fijarse también en las cantidades.
  • Hay que tener en cuenta que el Cantábrico y el Atlántico tienen aguas más frías que el Mediterráneo.
  • Es importante conocer las condiciones marítimas tanto para bañarse como para navegar o practicar deportes náuticos.

Mayor sudoración debido a la humedad en verano

En algunas zonas la humedad se nota menos, como por ejemplo en el Cantábrico. Eso es por la acción de los vientos. Pero en regiones mediterráneas, la humedad ambiental en verano es muy elevada porque la brisa es el viento dominante. ¿Qué notamos nosotros?

  • En verano y en zonas costeras, con un volumen de humedad elevado sudamos mucho más.
  • La temperatura por las noche es similar a la del resto del día, pese a la ausencia de sol.
  • La estancia en interiores, si no existen sistemas de ventilación o aparatos de aire acondicionado, es menos placentera y el calor se hace más evidente.
  • Por otro lado, las temperaturas al sol son más moderadas en zonas de interior, ya que la humedad no permite que se disparen los termómetros. Aun así, la sensación térmica se considera peor en zonas húmedas.

Lo más notorio es sin duda la sudoración y por qué es peor con humedad. Eso es porque el sudor, al evaporarse, enfría nuestra piel y hace que disminuya nuestro calor corporal. Lo normal es que el sudor se evapore rápidamente.

Pero al haber una humedad relativa en el ambiente muy elevada, como ocurre en zonas costeras en verano, al aire le cuesta aceptar más vapor. Así que el sudor no se evapora fácilmente de nuestro cuerpo. Todo lo contrario ocurre cuando la humedad relativa es baja. En esos casos, el sudor se evapora rápidamente y no se queda en nuestra piel.

El problema de la humedad en verano va mucho más allá. Puede favorecer la aparición de ácaros y de otras bacterias, además de ser un problema en el hogar. La humedad es responsable de un buen número de complicaciones de salud, y es primordial controlar sus efectos en el hogar.

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