El verano tiene muchas cosas buenas, pero a veces nos lo pone realmente difícil. Por ejemplo cada vez que llega una ola de calor. Por supuesto, además de piscina o playa también los efectos secundarios de las altas temperaturas, que en ocasiones son molestos, como la hinchazón que sentimos en las piernas, tobillos y pies, que nos generan tanta incomodidad.
Por norma general, quienes más sufren de hinchazón en las piernas durante el verano son las personas que padecen el síndrome de piernas cansadas. ¿En qué consiste? Es una dolencia basada en la insuficiencia en la circulación de retorno al corazón, lo que provoca la dilatación de las venas, provocando que la sangre tenga dificultades para fluir en sentido ascendente. Pero no solamente estas personas, cualquiera puede tener las piernas hinchadas en algún momento, especialmente en verano.
Las exigencias del día a día tienen mucha influencia sobre la salud de nuestro organismo y de nuestro cuerpo, especialmente en verano cuando las altas temperaturas pueden ser peligrosas. Sentir cansancio tras pasar horas de pie es normal, pero si esa sensación es continua y no mejora con el descanso, entonces podríamos tener el síndrome de las piernas cansadas. No se trata de una enfermedad de gravedad, pero resulta molesta y limita la actividad diaria, por lo que es necesario tratarla.
Realmente, el síndrome de las piernas cansadas es una consecuencia de una mala circulación en las piernas. A esta situación se le denomina insuficiencia venosa crónica (IVC), una afección prolongada que se origina por un mal funcionamiento de las válvulas de las venas o lo que es lo mismo, por una serie de coágulos de sangre en las piernas.
La IVC también se conoce como flebopatía crónica y, según diferentes estudios, afecta al 20 o 30% de la población adulta, sobre todo a mujeres mayores de 50 años. Este mal funcionamiento de las válvulas de las venas causa un aumento de la presión de las mismas, derivando en hinchazón y pesadez en las extremidades.
Y si a este problema le sumamos una vida sedentaria, pasar la mayor parte de nuestro tiempo sentados o de pie sus síntomas pueden agravarse. Y aunque una mala circulación y sufrir varices no son sinónimos ni mucho menos, sí puede derivar en diversas alteraciones como la retención de líquidos, la hinchazón, las piernas cansadas o las varices. Además, no solamente se siente hinchazón de piernas debido al síndrome de piernas cansadas sino que existen multitud de factores que lo pueden ocasionar.
Síntomas del síndrome de piernas cansadas
- Pesadez en las piernas. Es una sensación continua y muy molesta porque las piernas son los ejes de sujeción de todo nuestro cuerpo. La insuficiencia venosa provoca que las venas de las piernas tengan dificultad para dejar pasar el flujo sanguíneo y por eso se sienten más pesadas.
- Dolor y calambres musculares. Tener piernas cansadas puede provocar que los músculos se resientan. Los calambres son contracciones involuntarias de los músculos, que desembocan en un dolor muy molesto en, este caso, en las piernas.
- Hormigueo. Esta sensación no es normal, aunque nos ocurre muy a menudo al estar en una misma postura mucho tiempo. La sensación de hormigueo se debe a una falta de riego sanguíneo y cuando es continuo es un síntoma de que algo no va bien.
- Picor o prurito. La sensación de adormecimiento y hormigueo también puede desembocar en la aparición de picor, que resulta muy desagradable. Además, cuanto más nos pica, más nos rascamos y es la pescadilla que se muerde la cola.
- Hinchazón o edemas. Es la acumulación de líquido en el cuerpo y es uno de los principales síntomas del síndrome de las piernas cansadas. Se agrava a medida que pasamos mucho tiempo de pie y sin ejercitar las piernas. Se alivia al reposar las piernas y aplicar frío.
- Aparición de arañas vasculares o varices. Son un entramado de vasos capilares dilatados; es decir, son marcas en la piel que surgen por la incapacidad de retornar la sangre al corazón, lo que se conoce como insuficiencia venosa. Las arañas vasculares son de menor tamaño y de color rojizo, mientras que las varices son más notorias y tienen un color más azulado.
- Parestesias nocturnas. Se trata de una sensación de adormecimiento de las piernas debido a que el nervio está bajo una presión física. Es la aparición de sensaciones punzantes, de hormigueo, de picor, de entumecimiento o de quemazón en las piernas.
Consejos para prevenir o mejorar las piernas hinchadas
Las piernas se nos hinchan en verano porque el calor dilata nuestras venas y hace que éstas pierdan su habitual elasticidad, por lo que se dificulta el bombeo de sangre de regreso desde las piernas hasta el corazón.
Si estamos ante un caso extremo de una mala circulación sanguínea, el paciente puede verse enormemente limitado tanto que le impida continuar con su ritmo de vida. Puede sentir dolor en pies y piernas sin hacer apenas esfuerzos o, incluso, que una mala cicatrización le provoque úlceras en la piel que puedan llegar a transformarse en gangrena o derivar en la amputación de un miembro. Para prevenir o mejorar este tipo de síntomas hay algunos consejos que podemos seguir:
- Mantenernos activos. Ya sea entrenando como de costumbre o simplemente caminando, para mantener activa nuestra circulación. También hay ejercicios concretos que pueden mejorar mucho la circulación y que puedes hacer desde casa, como andar de puntillas o hacer la bicicleta tumbados.
- Si trabajas sentado, haz pausas para moverte.
- Evita usar ropa muy ajustada que dificulte la circulación y zapatos estrechos o de tacón.
- Hidrátate a menudo para evitar que tu cuerpo retenga líquidos.
- Lleva una dieta baja en sal, ya que la sal promueve la retención de líquidos y, por tanto, que sientas más hinchazón.
- Si notas las piernas hinchadas, túmbate boca abajo y eleva las piernas por encima de tu cabeza para ayudar a que baje el entumecimiento.
- Date masajes en piernas, tobillos y pies y haz estiramientos regulares moviendo las piernas y los pies en todas direcciones. Eso sí, los masajes siempre de forma ascendente, de los tobillos hacia arriba. Rodear la pierna con las dos manos y aprieta suavemente y de forma continua hasta el muslo. Lo mejor es hacer el masaje antes de ir a dormir.