En España, en Francia, en Italia, en Rusia, en Estados Unidos, en Argentina... da igual el país en el que se viva o se visite que los conductores de vehículos tienen su propio lenguaje. Puede ser, mientras se conduce el hecho de hacer gestos físicos, o los pitidos del claxon o, incluso, en los últimos años han proliferado códigos de comunicación en la carretera con detalles que van en el propio vehículo. Hay conductores de todo tipo allá donde uno vaya, por ejemplo, los hay que pitan para evitar un cambio de carril, los hay que activan las luces de emergencia para hacer ver a los conductores que llegan por detrás de que se avecina un atasco , y los hay que dejan una botella en el techo. No obstante, hay que tener cuidado con lo que se coloca en la carrocería del coche, porque puede acarrear una multa. Por ejemplo, en el caso de los adhesivos en las matrículas, si son reflectantes o cegadores, pueden suponer hasta una multa de 200 euros.
Los coches siempre han sido un complemento de la persona, una manera de transportarse individualmente y, en teoría, más rápido que el transporte público pero en los últimos años, se está convirtiendo en tendencia utilizar los coches como una propia extensión de los dueños y decorarlos de muchas maneras diferentes. Pero hay prácticas peligrosas, como, por ejemplo, la de colocar los logotipos de las marcas hechos con cristales en el volante del automóvil. Otras son, como poco curiosas, y es que hay países en los que dejan botellas de agua en el techo de los coches aparcados. ¿Qué significado tiene? Este fenómeno, aparentemente inofensivo, se ha interpretado de diferentes maneras según el contexto y la ubicación.
- Señalización de robo o intento de robo: En algunos casos, dejar una botella de agua sobre un coche aparcado puede ser una técnica utilizada por ladrones. En este caso, la botella actúa como una marca para indicar que el coche ha sido identificado como un objetivo potencial. Concretamente los delincuentes pueden dejar la botella para ver si el propietario la quita, lo que indicaría que el coche no está siendo vigilado de cerca, haciendo más probable que el vehículo pueda ser robado en otro momento. Generalmente también es una señal para otros ladrones de que el coche ha sido revisado.
- Prueba de vigilancia: Otra interpretación es que la botella se utiliza como una prueba de vigilancia. Si la botella permanece en el coche durante un período prolongado, puede sugerir que el coche no está siendo vigilado regularmente por su dueño. Esto puede ser una invitación para que los delincuentes intenten un robo.
- Avisar de que está en venta el vehículo: Cuando una persona coloca una botella encima del techo de su coche en Argentina, está diciéndoles a los demás usuarios que ese vehículo está en venta. El motivo de que esta práctica se lleve a cabo es que en la década de 1940, la Dirección General Impositiva (DGI), Organismo encargado de la aplicación, percepción, recaudación y fiscalización de impuestos nacionales en la República Argentina, cobraba un tributo por la venta de coches usados. De ahí que el "ingenio popular" buscó un código visual para evadirlo. Así, actualmente se sigue empleando esta práctica.
- Confusión o accidente: A veces, la explicación más simple es la correcta. Es posible que alguien haya dejado la botella accidentalmente sobre el coche y se haya olvidado de ella. Esto puede ocurrir cuando se cargan o descargan cosas del vehículo y se necesita una mano libre temporalmente.
- Conciencia ambiental: En un contexto más positivo, algunas personas pueden dejar una botella de agua encima de un coche como una forma de protesta o concienciación sobre la importancia de la conservación del agua y el reciclaje. Este gesto puede estar dirigido a llamar la atención del público sobre el desperdicio de recursos y la contaminación ambiental.
- Práctica cultural: En algunas culturas o comunidades, dejar objetos sobre un coche puede tener significados específicos que van más allá de las interpretaciones mencionadas. Puede ser una señal entre vecinos, amigos o familiares, utilizada para comunicar algo de manera discreta.