Cuando uno se ducha o se da un baño, pero sobre todo cuando va a la playa o a la piscina, puede que le surja una sensación de cosquilleo o presión en los oídos. Esto puede ser porque se haya quedado agua atrapada en el interior. En general, existen varias razones por las que el agua puede quedar atrapada, ya sea que tenga un canal oído estrecho o acumulación excesiva de oído. Pero no hay de qué preocuparse ya que, por lo general, el agua saldrá naturalmente de los oídos por sí sola, pero si no es así, puede provocar algunos problemas.
De hecho, cuando el agua no gotea por sí sola, se corre el riesgo de desarrollar oído de nadador, un tipo de infección del oído en el canal oído externo o en la abertura del oído hasta el tímpano. Pero, antes de llegar a es, si el agua no sale por sí sola es posible que se experimente dolor de oído, pérdida del equilibrio y la coordinación, zumbidos en los oídos y garganta irritada y posiblemente pérdida de audición.
¿Cómo saber si se tiene agua en los oídos?
La sensación de un oído taponado debido a la presencia de agua es común y se caracteriza por un crujido a través del canal auditivo que gorgotea hacia el tímpano. Generalmente, los ruidos en los oídos pueden resultar molestos e incluso provocar mareos. También es cierto que este tipo de molestias suele ser de corta duración ya que normalmente, la oreja debe volver a abrirse después de un breve período de tiempo para que el agua pueda drenar, y suele resolverse simplemente sacudiendo la cabeza.
En algunos casos, sin embargo, la desagradable sensación amortiguada en el oído persiste durante más tiempo, poniendo en riesgo la salud del oído ya que el agua, la sal y el cloro pueden destruir la película protectora del oído. Esto aumenta la exposición a patógenos y puede provocar inflamación del conducto, como la otitis del nadador.
¿Por qué se tiene la sensación de tener agua en el oído?
Muchas veces, el agua se acumula en el oído durante la ducha, el baño o el buceo. El agua de la piscina, del mar o de la ducha fluye hacia el oído y hacia el conducto, generando la característica sensación de oído taponado. Esto se debe a que el agua inunda el canal auditivo y se deposita en el oído. Se abre paso a través del canal auditivo ligeramente inclinado hasta el tímpano. Debido al agua atrapada, el tímpano no puede moverse correctamente y ya no transmite el sonido por completo. Es por eso que solo se escuchan ruidos apagados acompañados de un gorgoteo bajo.
Cómo quitar el agua del oído
- Secar los oídos con una toalla inmediatamente después de ducharse o bañarse ayudará a que el agua no entre en los oídos. No hay que olvidar realizar el secado de manera suave.
- Inclinar la cabeza y crear un pequeño vacío con la palma de la mano y después colocar la cabeza hacia atrás para que el agua salga.
- Inclinar la cabeza y sacudir suavemente: Una de las formas más simples es inclinar la cabeza hacia el lado afectado y sacudir suavemente. La gravedad puede ayudar a que el agua salga por sí sola, pero si eso no funciona, también se puede intentar saltar suavemente sobre una pierna, inclinando la cabeza hacia el lado del oído afectado.
- Tirar del lóbulo de la oreja: Inclinar la cabeza hacia el hombro y tirar suavemente del lóbulo de la oreja en varias direcciones puede ayudar a abrir el canal auditivo, permitiendo que el agua se drene.
- Método de la mano en cuenco: Colocar la palma de la mano en forma de cuenco sobre el oído afectado, presionar y soltar repetidamente puede crear un vacío que ayuda a extraer el agua. Es importante asegurarse de hacerlo suavemente para evitar daño.
- Movimiento de Valsalva: Un poco más científico es la realización de la maniobra de Valsalva, descubierta por el médico italiano del mismo nombre y que se utiliza con mucha frecuencia para igualar presiones, tanto en el buceo como en los aviones, con el fin de evitar molestias cuando uno se somete a cambios de presión. La maniobra consiste en respirar profundo, cerrar la boca, taparse la nariz apretando las fosas nasales con los dedos y soplar por la nariz. Al realizarla se sentirá algo parecido a una explosión que significará que las trompas de Eustaquio se han abierto, y en ese momento puede ocurrir que el agua salga.
- Gotas de alcohol y vinagre: Mezclar partes iguales de alcohol y vinagre blanco y aplicar unas gotas en el oído afectado. El motivo es que el alcohol ayuda a evaporar el agua, mientras que el vinagre puede prevenir infecciones. Hay que dejar que la mezcla actúe unos minutos y luego inclinar la cabeza para que drene.
- Gotas de aceite de oliva: Más sencillo aún es el uso de aceite de oliva templadito, que además de ayudar a expulsar el agua puede contribuir a evitar una infección. Se aplica calentando un poco de aceite de oliva, cogiendo con un gotero unas cuantas gotas y colocándolas en el interior del oído. Después hay que recostarse durante unos 10 minutos con el oído hacia arriba, para que no se derrame el aceite, y transcurrido el tiempo es importante girar la cabeza para que quede apuntando al suelo el oído malo y salga tanto el aceite como el agua.
- Baños de vapor: Los clásicos vahos para destaponar las congestiones nasales. Es tan sencillo como colocar un recipiente, hervir el agua y después colocar la cara mientras se cubre con una toalla para que no se escape el vapor.
- Usar un secador de pelo: Colocar un secador de pelo a baja potencia y mantenerlo a una distancia segura del oído puede ayudar a evaporar el agua atrapada. Es importante usar aire tibio y no caliente para evitar quemaduras.
- Dejar que actúe la gravedad: otra opción es esperar a que actúe la gravedad mientras se está tumbado del lado del oído afectado. La gravedad hará bajar el agua por el canal auditivo hacia fuera. Es tan sencillo como acostarse de lado donde queda atrapada el agua y apoyar la cabeza sobre una toalla para absorber el agua. De forma lenta pero segura, el agua debería descender y salir de tu oído.
- Masticar, bostezar, sacudir y tirar. Cuando el agua se atasca, se puede mover la boca y la mandíbula para ayudar a mover la ATM o articulación de la mandíbula, que está conectada al canal oído . Sacudir la cabeza para brindarle ayuda adicional o tirar suavemente de la parte exterior de la oído para enderezar el canal oído y permitir que drene el agua.
Lo que no se debe hacer para que no se taponen los oídos
Hay ciertas prácticas para limpiar los oídos que, aunque estén muy extendidas, no deben realizarse porque aumentan el riego de lesiones dentro del oído, y en los casos más graves pueden provocar pérdida de audición. Algunas de estas prácticas a evitar son:
- Limpiar excesivamente el oído.
- El uso de bastoncillos de algodón: Introducir objetos en el oído, como bastoncillos de algodón, puede empujar el agua más adentro y causar daño al canal auditivo o al tímpano.
- Saltar o sacudir la cabeza: Este movimiento puede perjudicar la salud del oído y al cerebro debido a las fuerzas de aceleración implicadas en la expulsión de agua del conducto auditivo humano.
- Usar velas para limpiar los oídos.