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Katy Mikhailova

Mis tacones 33 y otras reflexiones del montón

33 la edad de Cristo. Mis tacones 33. "Los 33" el restaurante favorito de medio Madrid. Y 33 los años que he despedido el viernes.

33 la edad de Cristo. Mis tacones 33. "Los 33" el restaurante favorito de medio Madrid. Y 33 los años que he despedido el viernes.
Fiesta Fearless | Katy Mikhailova

33 la edad de Cristo. Mis tacones 33. "Los 33" el restaurante favorito de medio Madrid. Y 33 los años que he despedido el viernes.

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Es un lujo cumplir años cuando cumples objetivos. Y si hablamos de objetivos, la portada que presentamos con FEARLESS otoño (que, como sabéis, no hace falta contar quiénes son los protagonistas) es una promesa cumplida. Conmigo misma y con todos ustedes, la casa que me ha visto "nacer" profesionalmente hablando.

Si la semana pasada les escribía desde un avión, hoy lo hago desde una terraza en Ortega y Gasset, un bar de los de toda la vida. De esos espacios que, de lo casposos que son, hasta se convierten en leyendas etílicas cuyos pilares sostienen un sinfín de episodios dignos de esconder. (¿Interiorismo? ¿Qué es eso?). Con cada vino, una tapa. Cuando ya lleve unas tres, ya he. comido. Adoro la arquitectura de interiores, pero la obsesión por el interiorismo está homogeneizando esos contenedores espaciales que nos alimentan. Piénsenlo bien: todos hacen -casi- lo mismo. Y cuando das con un local "vintage", dan ganas de quedarse, perderse y buscar la inspiración.

En medio de este bullicio en la parte más popular del Barrio de Salamanca, reflexiono sobre la suerte, Martini mediante. De si acaso tengo suerte o he ido a buscarla. Porque cuando intervine en la Crónica Rosa el jueves pasado, recordaba cómo fui yo quien decidió colaborar con este Grupo. Y, para llegar a ello, hasta tuve que buscar un patrocinador para un espacio de 15 minutos en Esradio Madrid. Aquella fue mi primera vez. Entrevisté a Enrique Loewe. Después llegó Covadonga O'Shea (hablamos de su libro sobre Amancio Ortega) y una lista de personalidades del mundo de la moda. Yo estaba en una sala del Centro Riojano de la Calle Serrano totalmente sola, porque el estudio estaba en Getafe y aquello estaba demasiado lejos. Unos cascos. Varios micros con el logo de esRadio. Y ya. La suerte es tener clara la meta, diseñar un plan, llevarlo a la acción y ser perseverante y paciente. Aunque es verdad, y me convencieron de ello, que la suerte es el 90% de la felicidad si lo entiendes como el hecho de nacer con salud y un lugar favorable. De acuerdo.

Si hablamos de perseverancia, no puedo dejar de hablar de la Doctora Eugenia Cervantes cuyos 15 años diseñando sonrisas (y, por tanto, alegrías) celebramos el jueves en un evento muy emotivo con Andrés Roca Rey entregando una beca valorada en 20.000 euros para becar a un dentista del Perú. Roca es de esos ángeles que aparecen una vez cada década en tu vida: el año pasado fue nuestra portada y le tengo mucho cariño. Y el jueves ha sido coanfitrión junto a una de las doctoras más cotizadas de Madrid, amigos ellos desde antaño y unidos por El Perú. Ella es suerte en sí misma, pero trabajo y perfección ante todo. Y es un lujo haber podido presentar este número tan especial con todos ellos. Eugenia es lo más… y sus podcasts valen oro. Una mujer totalmente "FEARLESS".

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Les escribo también con una cierta resaca emocional. Ayer despedí mis 33 para abrazar unos 34 que prometen mejorar todavía (o no… ahí la incertidumbre). Organicé una íntima velada en mi casa para 34 invitados. No es que seamos números, pero en algún punto hay que poner el límite. A veces (con tanta fiesta) una pierde el sentido de la realidad y la verdad, y en un sector en el que la ética y la estética se funden y se confunden tanto, es muy fácil que se te vaya la verdad de las manos. Elegí 34 personas. La familia, primero, y luego la familia que eliges. Me faltaron Làzaro Rosa-Violán, Bea Fanjul, la periodista Bea Yubero y mi amiga de la infancia Lucía M. Espinosa (con la que voy a Estremera a dar cursos de anti-tabaquismo). Y no a todos los que asistieron les conozco de "toda la vida". A veces el tiempo no justifica la intensidad ni la velocidad con la que se gesta el amor. Y aunque Federico me cuenta "yo antes pensaba que el amor era una manera de llegar al sexo. Y ahora me doy cuenta de que el sexo es una manera de defendernos al amor", sigo discrepando con esta tesis, pero imagino que el tiempo ordenará mis ideas y rebajará mi velocidad. ¡Feliz domingo!

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