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Músculos artificiales para una sociedad envejecida

Japón, uno de los países más envejecidos del mundo, busca soluciones para la creciente demanda en el cuidado a ancianos.

Estos días, el profesor Hiroshi Kobayashi de la Universidad de Ciencias de Tokio trabaja en el proyecto de una máquina que literalmente saca a las personas dependientes de la cama y también en otra que las ayuda a sentarse y a levantarse del inodoro.

El proyecto, que hace años se habría antojado excesivo, es uno de los muchos enfoques que investiga ahora el sector privado en el país asiático, donde la sociedad superenvejecida está ya a la vuelta de la esquina.

Según datos publicados en abril por el Ministerio de Salud nipón, el número de japoneses con más de 64 años fue de casi 32 millones, lo que supone un 25% de la población del archipiélago. De ellos, 5,4 millones requieren a día de hoy algún tipo de asistencia, una cifra que habrá crecido aún más cuando la tercera edad suponga casi el 40% de la sociedad nipona en torno al año 2050, según previsiones del Gobierno.

De entre todos los proyectos de Kobayashi, el que ya es una realidad es su exoesqueleto mecánico pensado especialmente para el sector de atención a mayores. La armadura, que ha comenzado a producir en serie la corporación Kikuchi, permite básicamente a la persona que lo utiliza levantar 30 kilos sin esfuerzo.

Kobayashi diseñó específicamente este sistema para cuidadores después de que el responsable de una empresa del sector le hablara de los dolores lumbares que padecen los trabajadores del colectivo por tener que levantar a ancianos para meterlos o sacarlos de la cama o la bañera.

De este modo, el equipo resulta idóneo para mover a personas dependientes gracias a un sistema de "músculos artificiales". Dichos músculos, que van apoyados sobre la espalda de la persona que utiliza la armadura, se tensan cuando el usuario sopla por una lengüeta, lo que activa una inyección de aire comprimido.

En ese momento solo hace falta tener agarrado al sujeto; la armadura hace el resto ya que el mecanismo imita la fuerza que producen los músculos de la espalda y echa hacia atrás los hombros.

Aunque el precio está lejos de ser una ganga (entre los 2.150 y los 5.750 euros), el fabricante permite la opción de alquilar una armadura por unos 180 euros al mes y tiene previsto hacer frente a unos 1.000 pedidos este año.

"Ahora hay muchos puestos en la industria en los que mujeres o personas de cierta edad no pueden trabajar debido al enorme esfuerzo físico, pero espero que eso cambie con este aparato", explicó a Efe Kobayashi en una reciente demostración de su armadura, la cual, dice, también ha interesado a empresas de logística.

Centros de día

Otro enfoque novedoso en el sector viene de la mano de JC Group, una empresa de centros de día creada hace 7 años por Hideaki Fujita partiendo de la idea de ofrecer un trato más cercano y personalizado para sus clientes.

En primer lugar, JC no construye instalaciones específicas sino que desembolsa una cantidad mucho menor para adquirir casas desocupadas (un fenómeno en auge en Japón debido al decrecimiento de la población), a las cuales somete después a un acondicionamiento mínimo.

El resultado es un entorno mucho menos impersonal donde se presta servicio a 10 clientes como máximo y se emplea a otros 10 trabajadores en tres turnos, lo que suele implicar un cuidador para cada tres ancianos una proporción muy superior a la que se da en la mayoría de negocios de este tipo en Japón.

El propio personal de JC explica que para que los usuarios con demencia senil es muy traumático acudir a un centro donde hay más personal y ancianos, porque tantas caras alimentan su confusión y frustración. Por ello, cada empleado de las residencias de día de JC lleva un polo con un color concreto que siempre debe lucir para facilitar el que los mayores les identifiquen.

La empresa también ha firmado un convenio con una agencia de representación de artistas, que envía a sus futuros músicos a los centros, donde además de trabajar como personal asistente, actúan para los mayores.

Fujita explica que el número de centros de día se ha disparado desde que fundó la compañía, pasando de los 5.000 a los 35.000 por el fuerte aumento de la demanda. "Para 2015 queremos alcanzar las 1.000 sucursales en Japón, donde a largo plazo tenemos como objetivo abrir 6.000″, explicó Fujita, quien estudia también expandirse a Taiwán y China.

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