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Despega con éxito el cohete con el que SpaceX quiere llegar a Marte

El vuelo de prueba quiere poner un coche Tesla con David Bowie sonando continuamente en la órbita del planeta rojo.

El vuelo de prueba quiere poner un coche Tesla con David Bowie sonando continuamente en la órbita del planeta rojo.

Elon Musk sabe cómo montar un espectáculo. Mucho mejor que la NASA, dónde va a parar. La expectación ha sido inusitada para lo que esencialmente ha sido un vuelo de prueba, el primero del gigantesco Falcon Heavy. El cohete, de 70 metros de alto y con capacidad para transportar más de 66 toneladas, despegó con casi tres horas de retraso debido a las condiciones meteorológicas a las 19:45, hora de la península, de la plataforma LC-39A de dicho centro de la Administración Nacional estadounidense de Aeronáutica y del Espacio (NASA), la misma de la que partieron los cohetes de las misiones Apolo con destino a la Luna (1961-1972).

Musk había afirmado sentirse optimista y que por eso daba a la misión un 66% de posibilidades de tener éxito, aunque lo más realista era un 50%. Nunca sabremos, claro, cuáles eran las estimaciones reales. Pero entre el riesgo del fracaso, que el Falcon Heavy es su propuesta para llevarnos a Marte y que la cápsula transportaba un Tesla Roadster con un maniquí llamado Starman al volante, el texto "Don’t Panic" en la pantalla y la canción de David Bowie Space Oddity sonando en bucle, tenía garantizado un gran seguimiento del lanzamiento.

Así, miles de personas contemplaron el lanzamiento desde las áreas habilitadas para ello en el Centro Kennedy, se sumaron con entusiasmo a la cuenta atrás y se abrazaron al comprobar el éxito de la operación. Dos minutos y medio después del despegue, los dos cohetes laterales se separaron y 30 segundos más tarde la cápsula con el Tesla Roadster se alejó del tercer proyectil y quedó al descubierto.

Una de las principales preocupaciones del presidente de SpaceX, Elon Musk, se centraba en el minuto posterior al despegue, cuando el cohete soportó la máxima presión aerodinámica. Pero quizá la principal dificultad del lanzamiento era lograr el triple aterrizaje de los tres cohetes aceleradores de los que consta el Falcon Heavy, para ser reutilizados en futuras misiones, un procedimiento que SpaceX ya realiza rutinariamente con sus cohetes Falcon 9 y que hoy repitió con dos de los tres, los primeros en separarse de la cápsula, en un espectacular aterrizaje simultáneo:

El tercer cohete, el principal y el último en separarse de la cápsula, se estrelló en el océano a unos 100 metros de la plataforma donde debía aterrizar a una velocidad de unos 500 kilómetros por hora. El problema habría estado en que sólo arrancó uno de los tres motores necesarios para poder hacer la maniobra de aterrizaje. Los fragmentos del cohete tras el impacto alcanzaron a la plataforma, estropeando dos de sus motores.

El coste de una misión del Falcon Heavy es de 90 millones de dólares, una bagatela en cuestión de viajes espaciales, y la capacidad de carga que puede transportar varía desde las 66 toneladas si el destino es la órbita de la Tierra a las 17 toneladas si el objetivo es Marte. El coste para la NASA llegaría a los 1.000 millones por cada vuelo de su futuro Space Launch System, que comparte objetivos con Falcon Heavy pero al que le quedan años para estar listo.

Space X tiene como ambicioso objetivo "transportar humanos al espacio y recuperar la posibilidad de hacer misiones tripuladas a la Luna o Marte". Y a las cercanías del planeta rojo es donde ahora se dirige el Tesla Roadster, que se espera que alcance el cinturón de asteroides:

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