
Durante mucho tiempo, las canas han sido vistas como un signo inevitable del paso del tiempo, algo que, con suerte, se podía ocultar con tintes o productos cosméticos. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Nueva York, publicado en la prestigiosa revista Nature, ha revelado algo sorprendente: las canas podrían tener los días contados. Este hallazgo, basado en un análisis profundo de las células madre melanocíticas (McSC), podría cambiar el paradigma de cómo entendemos y tratamos el encanecimiento del cabello.
La clave, en las células madre melanocíticas
Con el paso de los años, las McSC, que residen en los folículos pilosos, pierden su capacidad de desplazarse entre distintas áreas del folículo y regenerar melanina, el pigmento que da color al cabello. Esto ocurre porque algunas de estas células quedan atrapadas en zonas donde no pueden cumplir su función. Según los investigadores, este bloqueo es lo que provoca la aparición de las canas.
A diferencia de otros tipos de células madre, las McSC tienen una notable capacidad para cambiar de estado, pasando de una fase indiferenciada (en la que permanecen como células madre) a una especializada (en la que producen pigmento). Sin embargo, esta flexibilidad se reduce con el tiempo. El estudio plantea que, si se logra restaurar su movilidad, sería posible no solo prevenir las canas, sino también revertirlas.
Este hallazgo abre la puerta a futuros tratamientos que podrían devolver al cabello su color natural al reactivar las células madre atrapadas en los folículos.
Por qué aparece el cabello gris
El cabello se vuelve gris o blanco cuando las McSC dejan de producir melanina. Este proceso se asocia no solo al envejecimiento natural, sino también a factores como el estrés, el daño celular causado por radicales libres (estrés oxidativo) y ciertos desequilibrios hormonales o nutricionales. Estos factores contribuyen al desgaste de las células responsables del color, acelerando el proceso de encanecimiento.
El cabello canoso no es realmente blanco; simplemente carece de pigmento. La disminución de melanina hace que los mechones pierdan su tonalidad original, lo que da lugar al aspecto característico de las canas.
Hábitos para retrasar las canas
Aunque los tratamientos derivados de este estudio aún están en desarrollo, existen medidas que pueden ayudar a prevenir o retrasar la aparición de las canas. Uno de los factores más importantes es la alimentación, ya que una dieta deficiente en nutrientes esenciales puede acelerar el envejecimiento capilar. Nutrientes como el hierro, cobre, calcio, vitamina B12, vitamina D, biotina y ácido fólico son fundamentales para mantener la salud del cabello y prevenir el encanecimiento.
Incorporar alimentos ricos en estos micronutrientes puede ser clave. Los berberechos, la carne roja, el cacao, los lácteos y los pescados azules aportan hierro, cobre, calcio y ácidos grasos esenciales para la salud capilar. Asimismo, combinar legumbres con alimentos ricos en vitamina C, como tomates o cítricos, ayuda a mejorar la absorción de hierro. Además, evitar factores que generen estrés oxidativo, como el tabaquismo o la exposición excesiva al sol, contribuye a proteger las células madre responsables de la pigmentación.
El descubrimiento de la Universidad de Nueva York marca un antes y un después en nuestra comprensión del encanecimiento. Aunque todavía queda camino por recorrer para convertir este hallazgo en tratamientos disponibles, la posibilidad de revertir las canas está más cerca que nunca. Mientras tanto, una dieta equilibrada y buenos hábitos de cuidado capilar son las mejores herramientas para mantener el cabello saludable y retrasar los efectos del tiempo.

