El Consejo de la UE ha aprobado una recomendación para alcanzar una Europa libre de tabaco en 2040. En España, el gobierno de Sánchez busca endurecer la regulación del tabaco y productos relacionados, aunque agrupa todas las categorías sin distinción y deja importantes lagunas en aspectos clave, como la regulación de los líquidos de vapeo.
El Consejo de la Unión Europea ha aprobado recientemente una recomendación para ampliar la protección contra el humo de segunda mano y los aerosoles, buscando alcanzar una generación libre de tabaco en Europa para 2040, como parte del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer.
En España, el proyecto de Real Decreto sometido a audiencia pública representa un paso hacia una regulación más estricta del tabaco y productos relacionados, incluyendo productos de tabaco calentado y, los cigarrillos electrónicos que hasta ahora han permanecido en un preocupante vacío legal.
Aunque este esfuerzo regulador deja lagunas significativas que podrían comprometer la eficacia de las medidas y la protección de la salud pública. El Real Decreto no aborda cuestiones cruciales relacionadas con la composición y concentración de los líquidos de vapeo, salvo la cantidad de nicotina, no regula los puntos de venta y ni el diseño de los dispositivos.
La química detrás de los cigarrillos y alternativas
Existe un consenso y muchas evidencias científicas sobre los riesgos del tabaco tradicional para la salud. Aunque la nicotina es altamente adictiva, no es la sustancia más dañina; el mayor peligro proviene de la combustión del tabaco, que genera más de 7,000 químicos, muchos tóxicos y más de 70 cancerígenos. En respuesta, las empresas tabacaleras han desarrollado alternativas como cigarrillos electrónicos y tabaco calentado, consideradas menos perjudiciales. Sin embargo, es esencial analizar la química de estos productos para determinar si realmente representan un menor riesgo.
Cigarrillos de combustión: la fuente tradicional de toxicidad
Los cigarrillos tradicionales funcionan mediante la combustión de tabaco, alcanzando temperaturas de hasta 900 °C. Este proceso genera más de 7,000 sustancias químicas, muchas tóxicas y cancerígenas que afectan gravemente la salud. Algunas de las más peligrosas incluyen:
Sustancia |
Riesgo |
Lugar común donde pueden encontrarse |
---|---|---|
Nicotina |
Altamente adictiva; afecta el cerebro y el sistema cardiovascular. |
Productos de reemplazo de nicotina (chicles, parches). Insecticidas |
Ácido cianhídrico |
Altamente tóxico; interfiere con la respiración celular. |
Semillas de frutas (manzanas, duraznos) en pequeñas cantidades, plásticos en combustión. |
Aldehído fórmico (formaldehído) |
Irritante; cancerígeno en exposiciones prolongadas. |
Conservantes en laboratorios, tableros de madera prensada. |
Plomo |
Neurotóxico; daña el cerebro y los riñones. |
Pinturas antiguas, agua contaminada por tuberías de plomo, baterías. |
Arsénico |
Cancerígeno; afecta la piel, hígado y sistema nervioso. |
Aguas subterráneas, alimentos contaminados (arroz, pescado). |
Amoniaco |
Irritante para ojos, piel y vías respiratorias. |
Limpiadores domésticos, fertilizantes, productos industriales. |
Elementos radiactivos (uranio) |
Cancerígenos; afectan los tejidos a nivel celular. |
Minerales, residuos de minería, agua subterránea contaminada. |
Benceno |
Cancerígeno; daña el sistema sanguíneo. |
Combustibles fósiles (gasolina), solventes industriales, pegamentos. |
Monóxido de carbono |
Tóxico; reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. |
Motores de combustión interna, calentadores defectuosos, incendios. |
Nitrosaminas específicas del tabaco |
Altamente cancerígenas. |
Alimentos procesados a alta temperatura (carnes curadas, embutidos). |
Hidrocarburos aromáticos policíclicos |
Cancerígenos; dañan el ADN celular. |
Gases de escape de vehículos, carnes asadas o quemadas, carbón. |
La combustión es la principal causa de toxicidad, generando compuestos como el cómo monóxido de carbono, amoníaco, formaldehído, hidrocarburos aromáticos policíclicos y nitrosaminas, que están vinculadas a cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Además, elementos radiactivos del cultivo del tabaco aumentan el riesgo de cáncer de pulmón.
Cigarrillos electrónicos: vaporización de líquidos con o sin nicotina
A diferencia de los cigarrillos tradicionales, los cigarrillos electrónicos calientan líquidos a temperaturas de unos 250 °C, generando un aerosol en lugar de humo. Estos líquidos contienen propilenglicol, glicerina, aromatizantes y otras sustancias químicas y en algunos casos, nicotina. Aunque la ausencia de combustión reduce los compuestos tóxicos, a esas temperaturas el propilenglicol y la glicerina se descomponen en productos como el acetaldehído, formaldehído y la acroleína, especialmente cuando se sobrecalientan. Estos compuestos son irritantes para las vías respiratorias y tienen potencial carcinógeno en grandes concentraciones.
Sustancia |
Riesgo |
Lugar común donde pueden encontrarse |
---|---|---|
Nicotina |
Altamente adictiva; afecta el cerebro y el sistema cardiovascular. |
Productos de reemplazo de nicotina (chicles, parches). Insecticidas. |
Propilenglicol |
Irritante para las vías respiratorias y puede causar efectos pulmonares a largo plazo. |
Cosméticos, alimentos procesados, productos farmacéuticos. |
Glicerina vegetal |
Puede descomponerse en productos tóxicos al calentarse. |
Cosméticos, alimentos, jabones, productos farmacéuticos. |
Acetaldehído |
Probable cancerígeno; irritante para ojos, piel y vías respiratorias. |
Fermentación de alimentos, emisiones de vehículos. |
Formaldehído |
Irritante; cancerígeno en exposiciones prolongadas. |
Conservantes en laboratorios, tableros de madera prensada. |
Acroleína |
Irritante para ojos y pulmones; tóxica en altas concentraciones. |
Aceites vegetales calentados, gases de combustión, alimentos fritos. |
Partículas ultrafinas |
Penetran profundamente en los pulmones y afectan la salud respiratoria. |
Emisiones de vehículos, contaminación del aire. |
Compuestos orgánicos volátiles |
Tóxicos y algunos cancerígenos; pueden causar irritación y daño al sistema nervioso. |
Pinturas, disolventes, productos de limpieza. |
Metales pesados (níquel, estaño, plomo) |
Tóxicos; afectan el sistema nervioso y otros órganos. |
Componentes metálicos en dispositivos electrónicos, contaminación industrial. |
Nitrosaminas específicas del tabaco |
Altamente cancerígenas. |
Alimentos procesados a alta temperatura (carnes curadas, embutidos). |
Los riesgos de los cigarrillos electrónicos pueden variar dependiendo de la composición del líquido, el tipo de dispositivo y la temperatura alcanzada durante su uso.
El impacto de los cigarrillos electrónicos en la salud pulmonar ha sido muy estudiado, especialmente tras el brote de una enfermedad pulmonar grave asociada al vapeo (EVALI) en 2019, reportado por la FDA y el CDC. Esta enfermedad, durante este brote se vinculó al uso de THC (principio activo del cannabis) y acetato de vitamina E (prohibido en Europa desde 2014), causó 68 muertes y más de 2,500 hospitalizaciones, con síntomas como dificultad respiratoria, tos y fiebre.
Investigaciones posteriores han demostrado que los aerosoles que generan estos dispositivos pueden dañar células pulmonares, causar inflamación y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias.
Por lo tanto, aunque los riesgos parecen ser menores que los del cigarrillo convencional, no son dispositivos inocuos.
Tabaco calentado: una alternativa intermedia
El tabaco calentado opera a temperaturas de aproximadamente 350 °C, liberando nicotina sin combustión. El proceso de calentamiento produce un aerosol que contiene nicotina, pero con menos productos tóxicos que el humo del cigarrillo tradicional, en algunos casos se describen reducciones del 90%.
El aerosol contiene partículas finas y otras sustancias químicas que podrían tener efectos negativos sobre la salud pulmonar y cardiovascular con el uso prolongado. Aunque la investigación es limitada, el tabaco calentado parece menos perjudicial que los cigarrillos tradicionales. Esto sugiere que los productos de tabaco calentado podrían presentar un menor riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Sin embargo, la investigación sobre los dispositivos de tabaco calentado aún está en fases tempranas, y se necesita más evidencia para comprender completamente sus efectos a largo plazo. Aunque los riesgos parecen ser menores que los del cigarrillo convencional, no son inexistentes.
Comparativa de la toxicidad: ¿es realmente más seguro?
Aunque los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado contienen menos compuestos tóxicos que los cigarrillos de combustión, no están exentos de riesgos. La nicotina, por su naturaleza adictiva y efectos negativos en la salud cardiovascular, sigue siendo un problema. La opción más saludable es abandonar completamente el consumo de tabaco y nicotina. Sin embargo, para quienes no quieren o no pueden dejar de fumar, estas alternativas podrían representar un paso intermedio hacia la reducción del daño a la salud a largo plazo.
Fumar no te hace fuerte, dejarlo sí. Para un futuro sin humos, ni aerosoles es necesaria más investigación, transparencia y una comunicación clara para proteger la salud pública.