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Fecha de caducidad o de consumo preferente, ¿Cuándo puede sobrepasarse?

A pesar de que ponga que está caducado hay productos que días o meses después pueden seguir consumiéndose. No con todos es igual.

A pesar de que ponga que está caducado hay productos que días o meses después pueden seguir consumiéndose. No con todos es igual.
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A menudo cuando uno va al supermercado y coge el pack de yogures de la nevera o el paquete de pasta del estante lo primero en lo que se fija es en una fecha y rápidamente se decide si ese producto va a ir a la cesta o si se descarta porque se dañará pronto. Pero ¿La fecha que ahí aparece es la de caducidad o la de consumo preferente? ¿Hay diferencias? La fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente son dos términos importantes que se encuentran en los productos alimentarios y tienen implicaciones distintas en cuanto a su seguridad y calidad. Conocer la diferencia entre ambas es fundamental para tomar decisiones informadas sobre el consumo de alimentos.

La fecha de caducidad se refiere al límite máximo hasta el cual un producto es seguro para su consumo. Después de esta fecha, el alimento puede representar un riesgo para la salud debido a un posible crecimiento de bacterias patógenas u otros microorganismos. Por lo tanto, es importante no consumir ningún producto después de su fecha de caducidad, ya que podría causar enfermedades graves.

Por otro lado, la fecha de consumo preferente indica el período durante el cual el fabricante garantiza que el producto conservará su calidad óptima. Pasada esta fecha, el alimento aún puede ser seguro para el consumo, pero es posible que su sabor, textura o valor nutricional se hayan deteriorado. En general, los productos envasados como conservas, alimentos secos o enlatados suelen llevar la fecha de consumo preferente.

Es importante tener en cuenta que, si bien algunos alimentos pueden ser seguros para consumir después de su fecha de consumo preferente, es fundamental realizar una evaluación visual y olfativa antes de decidir si se consumen o no. Si un alimento muestra signos de deterioro, como moho, mal olor o cambio de color, debe descartarse, incluso si aún está dentro de su fecha de consumo preferente.

Además, hay que tener en cuenta en qué productos va cada tipo de fecha. Pues, según la OCU, la fecha de caducidad tiene que ver con productos muy perecederos como carnes, pescados y productos muy frescos. En cambio, la de consumo preferente tiene que ver con productos duraderos y más estables. Por todo ello es probable que más de allá de un mes se pueda tomar el yogur que ha superado la fecha de consumo preferente. Eso sí, siempre que haya sido mantenido en buenas condiciones en la nevera.

Para intentar explicar todo esto, en 2012, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria publicó un documento que hablaba de cómo los envases, una vez abiertos, pueden estar contaminados por bacterias. En concreto, explicaba que el pH ácido de los yogures hace poco probable el crecimiento de patógenos cuando se abre. Por ello, que 'se ponga malo' tiene que ver con haber roto la cadena del frío, que esté deformado el envase o, lo más evidente, que se haya abierto.

Por otro lado, la fecha preferente habla de que empieza a perder a partir de ese momento la textura y el sabor original, no que dejen de ser seguros para el consumo. Resultaría normal entonces que esté más ácido, que haya perdido aroma, sabor o parezca más seco. Un mes sería la fecha más recomendable una vez pasado el límite y ver que está muy ácido, grumoso o abierto haría descartarlo de inmediato.

Cuántos días pueden pasar desde la fecha de consumo preferente

El consumo preferente es una estimación de la fecha en la que los alimentos empiezan a deteriorarse, pero dependiendo del tipo de producto se puede consumir unos días o incluso meses después sin ningún problema. Todo depende de la cantidad de agua que contentan, lo que hará que se pongan malos con mayor o menor facilidad.

  • Yogures: En 2014 un cambio en la norma de calidad del yogur permitió etiquetar estos con la fecha de consumo preferente y no de caducidad. Es decir, una vez cumplido el plazo marcado en la etiqueta el producto no resulta nocivo para la salud, aunque sí puede ir perdiendo propiedades.
  • Pan de molde: El pan de molde lleva fecha de consumo preferente, por lo que se puede seguir comiendo una vez "caducado". Aunque ante este alimento hay que tener mucho más cuidado, sin embargo, hasta que no se comiencen a ver restos de moho puede seguirse consumiendo sin problemas. El consumo de moho es algo peligroso pero, la tendencia de algunos consumidores puede ser quitar la parte estropeada y comerse el resto de la rebanada. Pero los especialistas recomiendan no hacer nunca esto, ya que el moho genera toxinas que podrían llegar más allá de la zona del pan que se considera contaminada.
  • Patatas fritas y frutos secos: ​​​​​​​Aunque comenzarán a perder parte de su calidad, no supondrán un problema para la salud si se comen estos productos días después de su fecha de consumo. Es más, si se come por equivocación alguno en mal estado es fácil identificarlo y no tragarlo. Seguramente a más de uno le ha ocurrido ir a tomar algún fruto seco de la bolsa y notar que su sabor no era el adecuado, en ese momento se escupe y ya se observa con detenimiento el resto.
  • Bollos y galletas: ​​​​​​​Como indica la OCU, las galletas y los bollos que hayan superado la fecha de consumo preferente pueden estar algo más rancios, más secos, pero si se prueban y están bien se pueden comer sin riesgo para tu salud. Obviamente siempre y cuando no tengan un aspecto extraño o con moho.
  • Refrescos y alcohol: ​​​​​​​Las bebidas refrescantes y las alcohólicas también pueden ser consumidas más allá de la fecha indicada. Una vez más pueden haberse visto alteradas algunas de sus características, como el sabor o el color, pero si al probarlas se nota que están bien, pueden beberse sin problema.
  • Pasta, arroces y legumbres: ​​​​​​​Este tipo de alimentos pueden seguir comiéndose después de la fecha indicada sin problema alguno, siempre que se trate de productos no cocinados. Por ejemplo en el caso de la pasta, cuando es seca puede conservarse incluso un año después de su fecha. No ocurre lo mismo con los paquetes de pasta fresca que se encuentran en los estantes refrigerados del supermercado, y que sí deben consumirse siguiendo lo estipulado en su etiqueta.
  • Mermeladas y mantequillas: ​​​​​​​Con la cantidad de azúcar que tiene es difícil que aparezcan patógenos incluso a temperatura ambiente. Estas son tan resistentes que incluso no es necesario guardarlas en la nevera si la cocina mantiene una temperatura por debajo de los 25ºC.
  • Embutidos y quesos curados: ​​​​​​​Los quesos curados y los embutidos al vacío o en atmósferas modificadas muestran más resistencia al deterioro, por lo que, según la OCU, pueden consumirse sin problemas pasados unos días de la fecha de consumo. Aunque no es recomendable en el caso del pavo y el jamón cocido, ya que al ser más elevado su contenido de agua tienen más tendencia a estropearse.
  • Sopas y salsas de sobre: ​​​​​​​Tanto las sopas como condimentos empaquetados en sobres pueden ser consumidos tiempo después de su fecha de consumo indicada. De hecho, en el caso de salsas como el ketchup o la mostaza pueden comerse incluso después de abiertas, siempre que hayan sido almacenadas en la nevera.
  • Envases de tomate: ​​​​​​​Como indica el listado de la OCU, la salsa de tomate es otro de los alimentos que se puede seguir tomando días después de la fecha indicada. Por supuesto siempre que el envase esté cerrado y bien conservado. En el caso de estar abierto en la nevera, lo mejor es evitar ingerirlo si se percibe mal olor, decoloración o agua flotando en la parte superior, incluso aunque no haya expirado.
  • Cereales: ​​​​​​​Siempre que los cereales permanezcan cerrados no hay peligro en comerlos pasada la fecha de caducidad. Aunque si queda abierta tampoco hay riesgo.
  • Vegetales de hoja verde: ​​​​​​​Las verduras de hoja verde como espinacas o lechugas no suelen llevar fecha de caducidad, a no ser que se compren embolsadas. Pero incluso así, si se notan algo deterioradas no hay por qué tirarlas. Según indicaciones del Gran Depositorio de Alimentos de Chicago, las verduras verdes pueden recuperar parte de su calidad. Para ello, bastaría con sumergir las verduras algo marchitas en agua con hielo durante unos 5 o 10 minutos.
  • La leche esterilizada o UHT: ​​​​​​​La leche esterilizada puede consumirse algunos días después de la fecha indicada ya que en este caso se trata de fecha de consumo preferente y no de caducidad. No ocurre lo mismo con la leche pasteurizada o "fresca", que se encuentran siempre en las cámaras frigoríficas y donde la fecha hace alusión a su caducidad. Es decir, una vez superada esta fecha su consumo no es apto por motivos sanitarios.
  • Frutas y verduras congeladas: ​​​​​​​Las frutas y verduras congeladas pueden consumirse pasada la fecha de consumo siempre que el envase no haya sido abierto.
  • Miel: La miel puede consumirse hasta dos años después de la caducidad indicada en el envase. Y es que su composición, muy baja en agua entre otras características, hace muy difícil que los microorganismos se asienten en ella. Pero para mantener su calidad la miel debe mantenerse bien conservada, ya que la humedad sí que puede estropearla.

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