
Una buena alimentación influye en la salud de las personas quizá incluso más de lo que uno pueda imaginarse. Desde los músculos, a la sangre, el corazón, los pulmones, los ojos, la boca... incluso el cerebro se ve afectado. Además, cada vez son más los expertos que insisten en que uno de los mejores secretos para mantener alejadas las enfermedades y alargar la vida es una alimentación saludable combinada con una vida activa y un buen descanso. Por ello, más allá de medicinas y de tratamientos poco convencionales la clave se encuentra en intentar que todos los niveles sanguíneos estén bien equilibrados. En ello, la alimentación tiene mucho que ofrecernos.
Por este motivo, durante años se ha investigado sobre cuáles son los alimentos que pueden ayudar a mantener el azúcar a raya, a no aumentar el colesterol o a mejorar la memoria, por ejemplo. Y sobre la memoria es que se va a hablar hoy ya que todo el mundo sabe que a partir de los 50 años hay que cuidarse todavía más y que la memoria, de acuerdo a la ciencia, sufre un declive que también puede ayudarse a frenar. En este sentido la alimentación también puede ayudarnos. El motivo es que existen alimentos que contribuyen a mantener una buena memoria más allá de los 50 años y lo mejor es que todos o casi todos son alimentos que se consumen habitualmente.
¿Cuáles son los principales nutrientes que necesita el cerebro?
El cerebro necesita glucosa como fuente de energía principal, pero no la que se obtiene de azúcares refinados sino de carbohidratos de complejos, de calidad. El motivo es que los azúcares simples que se encuentran en los diferentes productos procesados y ultraprocesados desajustan los niveles de energía y favorece la oxidación. Además, el cerebro está compuesto, en gran parte, por grasas, por lo que también son necesarias las grasas saludables, como por ejemplo los ácidos grasos omega-3.
Otro de los nutrientes necesarios son las proteínas, específicamente los aminoácidos, que cumplen un papel básico en la estructura cerebral. Y las vitaminas del grupo B y los minerales, que favorecen la reacción neuronal óptima para las funciones complejas del cerebro.
¿La memoria se puede ver afectada por la alimentación?
Sí, la memoria se puede ver afectada a corto y a largo plazo por lo que se consume. El motivo es que una alimentación desequilibrada, pobre en verduras y en frutas, con ausencia de vitaminas y minerales o con exceso de grasas saturadas, puede aumentar la oxidación del sistema nervioso central y la producción de radicales libres, y favorecer un envejecimiento prematuro del cerebro y, por tanto, el deterioro de la memoria. Un ejemplo de alimentos que contienen muchos ácidos grasos poco saludables, ácidos grasos trans, son los alimentos crujientes, como los snacks.
Mejores alimentos para la memoria
- Arándanos
Los arándanos son conocidos como superfrutas por su alto contenido en antioxidantes, especialmente flavonoides como las antocianinas. Recordemos que estos compuestos no solo combaten el daño oxidativo en las células cerebrales, sino que también mejoran la comunicación entre las neuronas. De hecho, diferentes estudios han demostrado que el consumo regular de arándanos puede retrasar el deterioro cognitivo y fortalecer la memoria a corto y largo plazo. Además, estas pequeñas frutas ayudan a aumentar el flujo sanguíneo al cerebro, optimizando su funcionamiento.
Incluso, los arándanos ofrecen un impacto directo sobre la salud neurológica debido a su capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica. Esto significa que los compuestos activos de los arándanos llegan más fácilmente al cerebro, potenciando su efecto protector contra el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Pero no solo eso sino que los arándanos aporta beneficios adicionales para el corazón y el sistema inmunológico.
- Ciruela pasa
Las ciruelas pasas han emergido como un alimento clave para la mejora de la memoria. Según un reciente estudio suplementar la dieta con 50 gramos diarios de este fruto seco mejora el rendimiento cognitivo en personas mayores de 70 años, específicamente en áreas como la orientación, la capacidad visoespacial, el lenguaje y la memoria. Esto se debe, principalmente a que son ricas en fibra, vitaminas K y A, potasio, hierro y antioxidantes.
Además, el secreto detrás de estos beneficios reside, sobre todo, en su alto contenido en polifenoles. Estos compuestos antioxidantes ayudan a proteger las células cerebrales del daño oxidativo, mejorando así la comunicación neuronal. Pero no solo eso sino que las pasas también ofrecen otros beneficios para la salud, como la reducción del colesterol LDL y la mejora de la digestión. Además, su contenido en vitamina A apoya la salud ocular y son perfectas para fortalecer la salud ósea.
- Frutos del bosque
Los frutos del bosque son fuente de antioxidantes, otro de los nutrientes importantes para la memoria porque mejoran las funciones cognitivas y luchan contra la oxidación celular: fresas, moras, cerezas… Estos alimentos son muy positivos para la memoria, por lo que no deben faltar en la dieta. Ni tampoco los arándanos y las uvas negras, que son fuente de resveratrol, un compuesto que promueve la supervivencia neuronal, la memoria, reduce la neurodegeneración y previene los problemas de aprendizaje.
- Huevos
Otro alimento imprescindible es el huevo, que ya de por sí es un gran alimento: contiene vitaminas A, B, C, D y K, muchos minerales, lecitina… La yema de huevo, además, tiene un gran contenido en colina, un componente natural de las células cerebrales. En conjunto, el huevo es una buena fuente de ácidos grasos saturados y es un alimento muy saludable para la memoria.
- Alimentos con fibra
También es necesaria la fibra. Los alimentos ricos en fibra deben consumirse sin refinar, preferentemente integrales, porque contienen vitaminas del grupo B y ácido fólico, que ayudan a mantener en forma el cerebro. Gracias al aporte de fibra se controla el nivel de azúcar y de colesterol en la sangre, que son parámetros de la salud cerebral.
- Beber suficiente agua
Por último, no debe olvidarse que el cuerpo se compone de agua en un 70% y la deshidratación favorece el cansancio cerebral y dificulta la concentración. Beber suficiente agua y otros líquidos como té verde, infusiones, zumos naturales o caldos ayuda a la actividad mental.

