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Cómo el síndrome del impostor puede afectar tu salud mental y física

El síndrome del impostor es más habitual de lo que creemos pero, ¿en qué consiste? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Qué consecuencias tiene?

El síndrome del impostor es más habitual de lo que creemos pero, ¿en qué consiste? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Qué consecuencias tiene?
Chica disfrazada con una careta. | Cordon Press

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que pueden padecer los humanos en el que una persona duda de sus logros y tiene miedo a verse como un fraude. También se le conoce como fenómeno del impostor o síndrome del fraude. Quienes lo padecen se ven atrapados en un ciclo de pensamientos negativos en los que suelen atribuir sus logros a la suerte o a factores externos en lugar de reconocer su propio talento y esfuerzo, son incapaces de reconocer sus propios logros.

En la actualidad, este síndrome ha ido acrecentándose especialmente por la influencia de las redes sociales. Pero no solo las redes sino que la constante comparación con vidas de otras personas aparentemente perfectas, la existencia de ambientes laborales más competitivos y de alta exigencia, la presión social para tener éxito y las expectativas de lograr la excelencia desde edades cada vez más tempranas son factores que favorecen la aparición de este síndrome.

Tipos de síndrome del impostor

  • El perfeccionista: Este tipo de persona asocia su valor personal con la perfección. Fijan metas extremadamente altas y, al no alcanzarlas, sufren de fuertes dudas sobre sus habilidades. Necesitan hacerlo todo por sí mismos para sentir que están a la altura.
  • El experto: Creen que han engañado a quienes los contrataron y temen ser descubiertos como incompetentes. Sienten que nunca saben lo suficiente y viven con el miedo constante de ser expuestos.
  • El sobrehumano: Se esfuerzan al máximo para estar al nivel de los demás, presionándose a sí mismos para trabajar duramente. Este exceso de trabajo puede llevar a problemas de salud mental y dificultades en sus relaciones personales.
  • El individualista: Evitan pedir ayuda porque creen que hacerlo revela sus debilidades. Prefieren lidiar con todo por su cuenta para demostrar su valía y capacidad.
  • El genio natural: Miden su éxito por la facilidad con la que realizan las tareas. Piensan que si tienen que esforzarse mucho en algo, es porque no son buenos en ello. Se frustran si no pueden hacer algo perfectamente y rápidamente desde el principio.

¿Cómo saber si tengo el síndrome del impostor?

Para saber si se tiene síndrome del impostor, basta con mirarse a uno mismo por dentro y descubrir qué es aquello que le impide alcanzar la satisfacción con lo que hace. El motivo es que uno de los principales síntomas de este desorden psicológico es tener un alto nivel de autoexigencia, hasta el punto de no ser capaz de reconocer lo que vales y tus logros personales. Las personas piensan que son un fraude y que tarde o temprano serán descubiertas. No obstante, el síndrome del impostor puede ser difícil de identificar, sin embargo, existen ciertos patrones comunes que pueden ayudar a determinar si uno puede identificarse con este síndrome:

  • Dudas constantes sobre las capacidades de uno mismo: Es normal sentir inseguridad en ciertos momentos, pero si uno se siente incapaz, aun cuando tiene pruebas de su habilidad, es un signo importante.
  • Miedo persistente a ser "descubierto": Las personas con síndrome del impostor temen que otros se den cuenta de que no son tan competentes como aparentan.
  • Atribuir el éxito a factores externos: Si cuando se logra un objetivo, se piensa que fue solo por suerte, por ayuda externa o porque "no era tan difícil", podría estarse experimentando este síndrome.
  • Perfeccionismo extremo: La necesidad de que todo sea perfecto y la constante autoexigencia, incluso en tareas de poca relevancia, es otro síntoma.
  • Evitar desafíos: A menudo, quienes experimentan este síndrome evitan oportunidades que podrían hacerles crecer, temiendo no estar a la altura.

Curiosamente, algunos estudios sobre el síndrome del impostor en psicología indican que hasta un 70% de la población mundial ha llegado a sufrir este fenómeno en algún momento de su vida, por lo que resulta bastante habitual desarrollar esta clase de actitudes. Especialmente, estas se producen en individuos con un alto rendimiento laboral.

Causas del síndrome del impostor

  • Factores familiares: En este síndrome influye la dinámica familiar en la infancia y el historial académico, como por ejemplo en el caso de padres que presionan demasiado a sus hijos para que saquen buenas notas. También cuenta el haber tenido progenitores excesivamente críticos o que comparan a sus hijos con otros, lo que puede sembrar dudas sobre la autoeficacia.
  • Factores sociales y culturales: Las altas expectativas y la presión social por el éxito pueden provocar que las personas sientan que nunca son lo suficientemente buenas, independientemente de sus logros.
    En esta línea, están los estereotipos de género, la falta de representación femenina en ciertos campos o los mensajes recibidos sobre el éxito en los hombres y el fracaso en las mujeres, mediante los cuales las mujeres pueden experimentar el síndrome del impostor con más frecuencia porque sienten que no son competentes o válidas.
  • Las altas expectativas y la autoexigencia: Los afectados pueden sentir que deben esforzarse continuamente para demostrar su valía.
  • Perfeccionismo: Las personas perfeccionistas son más propensas a experimentar este síndrome, ya que se fijan estándares extremadamente altos y se critican severamente por no cumplirlos.
  • La baja autoestima
  • La falta de seguridad personal
  • La pérdida de confianza en uno mismo

Asimismo, el síndrome del impostor y el TDAH guardan una estrecha relación. Recordemos que este trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) también está presente en millones de personas en todo el mundo y puede darse el caso de sufrir ambos problemas psicológicos al mismo tiempo. Muchas personas con esta afección neurológica sienten que son impostores.

Consecuencias para la salud

El síndrome del impostor puede afectar tanto la salud mental como física, entre sus efectos negativos están la ansiedad crónica, la baja autoestima, el agotamiento laboral, la depresión y el bloqueo o procrastinación.

Pero además de los que acabamos de comentar, el miedo al fracaso o la frustración con uno mismo pueden ser uno de los problemas más sencillos de detectar cuando se sufre el síndrome del impostor, pero también puede llegar a afectar hasta el punto de no permitir descansar bien por las noches y que cueste dormir, lo cual acaba teniendo repercusión directamente en el rendimiento el día siguiente. Este inconveniente puede llegar a convertirse en mucho más complicado de lo que parece y crear un efecto de bola de nieve que tan solo provoque que se intensifique. El motivo es que la mala calidad del sueño se traduce en un estado de fatiga que hace ser menos eficiente de lo que realmente uno sería en condiciones normales, y esto resulta letal para las personas que sufren el síndrome del impostor.

¿Es más habitual el síndrome del impostor en mujeres o en hombres?

Según una investigación realizada por la Universidad de Cincinnati (Estados Unidos), el síndrome del impostor en mujeres es algo más frecuente que en los hombres. Los datos de este estudio indican que los hombres presentan un 18% menos de posibilidades de padecerlo, además de que un 66% de las mujeres han pasado por ello en algún momento de sus vidas.

Por otra parte, uno de los datos más destacables es la incidencia que tiene este problema en la población joven, dado que hasta el 86% de personas de entre 18 y 34 años han pasado por ella. Por el contrario, el porcentaje se reduce de manera significativa en aquellos individuos que se encuentran en la franja de 45 a 54 años.

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